Gran Syrah de Yecla
En pleno territorio Monastrell una syrah de mucho nivel. La murciana Yecla, esa escondida denominación de origen de vinos de amplio contexto mediterráneo, es la senda ideal para el buscador de vinos sin circuito. Como nosotros los enópatas nacionales somos un tanto catetos, tenemos que esperar a que los importadores y bebedores internacionales nos peguen de vez en cuando un repaso. Nuestro landismo, nos pide apreciar tintos tan sugerentes como Altos de las Gateras. Que nadie confunda con los madrileños de los tejados, sino con un vino de parcela, que va destilando en el rumor del campo profundas notas florales y frutales. En el son de la variedad, su amabilidad aromática es además también complementada por un buen volumen y una expansiva sensación gustativa.
Es de esos vinos que hacen parar el tiempo y que nos permiten fantasear con un paisaje. Uno de esos tintos tan transversales -como dicen ahora- los horteras y los políticos en retirada, que acompañan todas las gastronomías y las fragilidades de los estados anímicos. Vino que crece, a pesar de su cerrazón inicial, que sorprende, que debe guardarse como un tesoro en sus escasas botellas y que tiene un precio justificado por su hermosura y calidad. Los aromas atomatados y a tierra, la delicadeza de la crianza, son descriptores de buen gusto. Yecla bien vale una misa.