Sin política de planificación del agua
La política sobre el agua se va a convertir durante este segundo semestre del año en uno de los asuntos más polémicos. Las nuevas normas del Trasvase Tajo-Segura ya han encendido todas las luces de alarma en el sur de la Comunidad Valenciana, Murcia y las provincias andaluzas que se ven beneficiadas.
¿Cuál es el objetivo?
La intención es reducir el volumen transferible en el Trasvase Tajo-Segura (cuando esté en nivel 2) y al mismo tiempo aumentar los caudales ecológicos en parte del Tajo porque puede suponer un golpe de «consecuencias impredecibles» para la agricultura del Levante.
¿A quién afecta?
Hablamos de una gran parte de la huerta de España y de Europa, con la producción de frutas y hortalizas como estrella, que además depende en una buena parte del agua que llega por vía del trasvase.
¿Cuál es la situación respecto a las reservas?
Es verdad que las nevadas y las lluvias de este invierno han provocado un incremento de las reservas de agua en los pantanos de la mayor parte de las cuencas, con excepción de dos de las más importantes, las del Guadiana y Guadalquivir. En estas últimas, y salvo que se registrase en ambas demarcaciones una primavera muy lluviosa, se dan ya problemas en las dotaciones de agua para riego, que se agudizarán en los próximos meses, lo que elevará la tensión con los agricultores. Mientras, el Gobierno sigue sin acometer una política de planificación del agua, algo cada vez más necesario dada la evolución de la climatología. Estamos, por lo tanto, ante un segundo trimestre que se presenta muy caliente en todo lo relacionado con el agua, con importantes repercusiones políticas, sociales y económicas.