Las zonas verdes en las ciudades: el aliado contra las temibles olas de calor
En las grandes urbes, como Barcelona, la temperatura estival se convierte en uno de los mayores temores de sus vecinos
Una ola de calor es en verano o fuera de este, posiblemente, uno de los mayores temores de los ciudadanos de una gran metrópoli que no pueden «huir» de la ciudad cuando el las altas temperaturas acechan. Este fenómeno provoca un periodo prolongado, de muy altas temperaturas, que en ocasiones puede estar acompañado de excesiva humedad.
Aunque su definición varía según el país, en España, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) las define como un período de al menos tres en que el 10% de las estaciones meteorológicas registren temperaturas ambientales por encima del percentil del 95% de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 19712000.
Con el aumento de las temperaturas y el efecto del cambio climático, este tipo de fenómeno ha ido creciendo exponencialmente a lo largo de los años siendo un auténtico martirio en las grandes urbes. En Barcelona, por ejemplo, las noches tropicales, aquellas con más de 25 grados de temperatura, llevan años siendo la tónica predominante en la ciudad durante el verano. Aun así, parecen existir algunas acciones que podrían ayudar a rebajar los efectos de las olas de calor. Los estudios, además, parecen confirmar la tendencia en aumento de este tipo de fenomenos. No solamente en su presencia cada vez más habitual si no, también, en los efectos negativos que conllevan como las sequías o el cambio de fauna y flora.
Para poder apaciguar estos fenómenos en los últimos años han ido surgiendo distintas ideas como las zonas verdes urbanas. En esta línea, un estudio del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) ha conseguido probar que la ampliación de las áreas verdes urbanas en el área metropolitana y la construcción de tejados blancos en las cubiertas de los edificios mitigan los efectos de las olas de calor en las ciudades.
El trabajo se llevó a cabo en base a cuatro escenarios simulados, y el que combina estas dos estrategias ha conseguido una reducción media de la temperatura de 1,26 grados -alcanzando los 4,73 durante el día -15 horas-, y los 1,88 durante la noche -21 horas-, además de una reducción del consumo energético del 26%, publicó la iCTA-UAB este en el resumen de su estudio.
El estudio ha analizado «diferentes escenarios de mitigación» a partir de soluciones como la creación de cubiertas blancas en inmuebles residenciales e industriales, preferiblemente planos y más accesibles, y volúmenes de riego distintos en las áreas verdes de acuerdo con los objetivos del Plan Director Urbanístico del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
En la presentación del estudio, uno de sus coautores, Sergi Ventura, explicó que la disminución de la temperatura surge «a causa del aumento del verde urbano, con la reducción del calor diurno gracias al aumento del albedo y la irrigación».
Además, precisó que los tejados blancos provocan el descenso de los termómetros en las áreas urbanas más céntricas y densas, mientras que los parques ayudan a rebajar el calor en las zonas más próximas. Todo ello puede ayudar a que las noches, sobre todo, se hagan más amenas para los ciudadanos.
El trabajo, ha sido publicado en la revista científica «Urban Climatic», en el marco del proyecto ERC URBAG, que «ejemplifica cómo estos esfuerzos de modelización urbana pueden ayudar a los responsables de la toma de decisiones».
Las noches tropicales, con más de 25 grados de temperatura, son cada vez más frecuentes en ciudades como Barcelona