¿Y qué hacemos con Gareth Bale?
Se acaba su cesión de un año al Tottenham y vuelve al Real Madrid: «Sé lo que voy a hacer» ha asegurado el futbolista
Dos goles de Gareth Bale en la última jornada de la Premier metieron al Tottenham en Europa, en la Conference League, la nueva competición continental para esta temporada. El futbolista galés ha terminado con 16 tantos en su temporada de regreso al fútbol inglés y una sensación agridulce, la que solía dejar en sus mejores años en el Bernabéu: podría haber sido mejor.
Por lo menos, en la Premier deja un buen recuerdo, evidentemente mejor del que dejó al final en el Real Madrid, que ahora ve su vuelta como otro problema a afrontar. Cuando se marchó, el verano pasado, fue un alivio quitarse su ficha y quitar a Zidane un jugador que ya ni aportaba ni tenía ganas de aportar. «En España, el fútbol está muy magnificado, todo lo que hagas en el Real Madrid está magnificado y eso supone que tienes cámaras a tu alrededor las 24 horas del día y los siete días de la semana. Cuesta acostumbrarse», ha reconocido esta semana en «The Times», días antes de acabar el campeonato inglés y volver a su casa en la capital española.
No son las mejores palabras para presentarse en su regreso. No tiene pinta de tener mucha nostalgia. «No diré nada hasta después de la Eurocopa. Sé lo que voy a hacer, pero se armaría un caos si lo digo. Ahora mismo no pienso en nada que no sea en Gales», aseguraba en Inglaterra, antes del último partido. El 12 de junio, contra Suiza, comienza Gales su participación en la Eurocopa. Es en ese equipo, con sus compatriotas y donde se le reconoce la jerarquía que no se ha ganado en otros lugares, donde Bale se siente protegido y feliz. Gales es su refugio y no quiere mancharlo con declaraciones acerca de lo que va a hacer.
Con Zidane no tiene pinta de que vaya a volver y tampoco es que Madrid le apetezca mucho. Entre la afición y él no hay muchos puentes tendidos: «En Madrid, esperan que seas un ‘‘galáctico’’, es decir, que hagas lo que han visto hacer antes a otros jugadores y, la verdad, seguramente yo no sea como ellos», reconocía el futbolista. Nunca le ha gustado la exposición mediática: «Me gusta estar con los míos y ser discreto, mientras que hay otros muchos a los que les gusta salir y, bueno, no presumir, pero sí construir su marca, por así decirlo. Son aquellos que van a estos eventos de alfombra roja. Yo nunca he sido así, me gusta jugar al fútbol, irme a mi casa y ser una persona normal».
Pero en el Madrid nunca va a ser normal, porque un futbolista del Real Madrid nunca es normal. En las redes sociales, con el dolor de la derrota en LaLiga, algunos comenzaron a comparar los datos de los goles del galés con las cifras de los delanteros blancos que han acompañado a Benzema esta temporada. Es una comparación algo tramposa porque entran más parámetros.
El plan del Madrid no pasa por Bale, porque el plan del Madrid pasa por Mbappé. El francés dejó un mensaje en el último encuentro del PSG: «Lo que yo quiero es ganar, sentir que estoy en un lugar en el que puedo hacerlo. En el que haya un proyecto sólido a mi alrededor» y, aunque los dueños insisten en que se va a quedar, en el club blanco ven su futuro más cerca.
Para eso hay que conseguir salidas con las que ahorrar en el gasto de fichas y con las que busca los mayores ingresos posibles. Hay jugadores con los que sólo se va a conseguir lo primero, pero los números de Bale en Inglaterra pueden ayudar a conseguir con él también lo segundo.