Los pórticos y su coste
Para establecer el peaje caben dos soluciones: o poner cabinas de pago, como en las autopistas, o instalar pórticos que lean las matrículas y pasen directamente el coste del kilómetro circulado a la cuenta del propietario del vehículo. Esta segunda solución parece que es la mejor contemplada por el momento. Pero la instalación de los pórticos en las autovías, aunque técnicamente no es complicada, supone una inversión inicial de cerca de 1.500 millones de euros, que habrá que adelantar a cuenta de la posterior recaudación. Los primeros cálculos estiman que serían necesarios unos 625 pórticos, de los cuales unos 400 cubrirían la red de carreteras estatales y el resto, la autonómica. El Ministerio de Transportes ya ha recibido ofertas de empresas privadas dispuestas a crear una sociedad mixta con el Estado para la explotación del sistema. Pero, en cualquier caso, el proceso no será muy rápido y por ello el Gobierno espera que la puesta en marcha de este nuevo impuesto no se concrete antes de las siguientes elecciones generales.
Los partidarios del establecimiento de este impuesto indican que con ello se igualaría la carretera con otros medios de transporte como pudieran ser el tren o el avión, donde los usuarios pagan un billete que sufraga de alguna forma la infraestructura. Y además, se favorecería de esta forma el transporte de mercancías por ferrocarril, que pasaría a ser más competitivo a pesar de las dificultades que el tren tiene por no poder hacer el envío de punto a punto y necesitar un desplazamiento por carretera final entre la estación y el almacén del receptor. Lógicamente, el impuesto cobrado al camionero por la utilización de la vía pública encarecerá el producto final, ya que este pago adicional deberá repercutirse en el precio final del producto transportado. Un proceso inflacionista y de alza del coste de la vida que es otro de los inconvenientes de este propósito impositivo. Pero los que argumentan que los automovilistas deben pagar las infraestructuras como el tren o el avión no cuentan con que el propietario de un vehículo ya paga numerosos impuestos ligados al automóvil, tales como el impuesto de matriculación -recientemente elevado- el IVA en la adquisición del vehículo, impuestos municipales de circulación y, sobre todo, el impuesto sobre carburantes, que actualmente está fijado en un 56,3% del precio final del litro, lo que supone unos ingresos en conjunto que superan los 35.000 millones de euros. Si no se invierte en infraestructura viaria no será porque el motor no genere fondos suficientes.