Jo Nesbø, una versión fallida y larguísima de «Al este del Edén»
Abandona el género negro para hacer una novela-río familiar y muy melodramática que no alcanza las expectativas que se propone
En el alma de muchos escritores de novelas policíacas late el deseo de escribir una « literaria», acepción que se da a las que buscan la experiencia estética por encima de la distracción de la de género. Con «El reino», Jo Nesbø ha cumplido su deseo: escribir una larga novela río sobre una saga familiar repleta de clichés típicos del melodrama rural, al estilo de los novelones realistas, repletos de secretos familiares inconfesables, venganzas brutales y un drama familiar tan oscuro y siniestro como «Al este del Edén».
No en balde ambas obras tienen como protagonistas a dos hermanos, Caín y Abel, y no es difícil descubrir en «El reino» una lectura escandinava del drama familiar de John Steinbeck. Son las típicas novelas «midcult», que buscan impresionar al lector de libros de evasión, o «masscult», presentando un fresco entre el costumbrismo y el melodrama con pretensiones culturalistas.
Pese a que las categorías de Dwight Mac Donald han quedado superadas por la nivelación del arte de masas con la cultura universitaria, subsiste en el escritor de éxito el secreto anhelo de saltarse las constricciones de la novela de género, en este caso policíaco, y buscar la excelencia literaria alejándose de sus convenciones, para, sin saberlo, caer de lleno en las de la clase media intelectual.
Todo es excesivo
Todo en «El reino» es excesivo: la historia de los dos hermanos. Los abusos sexuales de padres a hijos y la longitud, que suele ser sinónimo de ambición. Un melodrama exagerado y amoral, ajeno a la narración sofisticada y minimalista que gusta al lector semiculto. Además, seiscientas páginas se antojan excesivas, pero ni siquiera reduciéndolas a la mitad mejoraría. No deja de ser un «best seller» familiar, con pulso literario cuando no cae en excesos ni pretende trufar con citas literarias la novela. Es más interesante si la homologa con el cuento fantástico fantástico y logra que avance la narración con sugerentes golpes de efecto, marca de la casa de sus novelas negras. «El reino», en fin, está lleno de asesinatos, misterios y sorpresas que hacen avanzar la narración de forma ingeniosa cuando los utiliza como en la serie negra. Son esos elementos característicos del género policiaco los que mejor sobreviven y agilizan una narración lenta, aburrida y tópica. Sus novelas de Harry Hole son muy superiores literaria y narrativamente hablando, a ésta. Y bastante entretenidas, un valor que suele despreciarse.
Lo mejor ▲
Los aciertos literarios de una novela excesivamente extensa y con pretensiones que no se cumplen
Lo peor ▼
Que el autor haya abandonado el género negro, donde ya mostró su talento, no le ha sentado bien