La Razón (Cataluña)

La caída del rey italiano de la cocaína

La detención de Rocco Morabito en Brasil supone uno de los grandes golpes contra la poderosa mafia «Ndrangueta»

- Ismael Monzón -

A medianoche, cuatro personas faltaban en su celda. Se colaron por los conductos del penal, subieron al tejado y emprendier­on la huida. Poco más tarde, llegaron a una casa cercana, donde se hicieron pasar por fontaneros. De madrugada, una hora un tanto extraña para arreglar una tubería. Engañaron a la propietari­a con esa excusa, entraron en su habitación y le robaron 88 dólares. Entre los prófugos había tres presos comunes y una pieza mucho más codiciada: Rocco Morabito, jefe de la ‘Ndrangueta, la mafia italiana más poderosa y la mayor suministra­dora de droga en Europa.

Todo mafioso que se precie debe contar con una espectacul­ar fuga de una prisión latinoamer­icana. Ocurrió en Montevideo, en 2019, después de pagar 50.000 euros a los funcionari­os uruguayos adecuados. Morabito, que escapa de la Justicia desde los noventa, ha pasado los dos últimos años escondido. Hasta que esta semana fue arrestado en la ciudad brasileña de Joao Pessoa, al noreste del país. Ya ha sido trasladado a Brasilia, a la espera de su extradició­n a Italia, donde le espera una condena de 30 años de prisión.

Su detención es uno de esos grandes golpes contra el crimen organizado, que se llevan aplazando desde hace mucho tiempo. Morabito era el segundo mafioso más buscado del país, solo por detrás de Matteo Messina Denaro, el gran capo de la Cosa Nostra, que lleva décadas esquivando a las autoridade­s. Pero si el paradero de Messina Denaro podría estar en la provincia siciliana de Trapani, de la que es originario y de donde se cree que no ha salido en este tiempo, Morabito eligió una opción más seductora.

La primera vez que vinieron a buscarlo fue en 1994, después de que la Policía tuviera pruebas del pago de 13.000 millones de liras (unos 8 millones de euros) por un cargamento de droga procedente de Latinoamér­ica. Fue su primer regate a la Justicia. Alguien le dio el soplo y antes de que se presentara­n en su casa, ya había aterrizado en Brasil.

La fama y el prestigio los había conquistad­o en Milán, durante toda esa década. Morabito nació en 1966 en Africo, un pequeño pueblo de Calabria. Allí tiene sus raíces la ‘Ndrangheta, aunque los negocios van por otra parte. Rocco era familiar de Peppe Morabito, llamado «Tiradritto», por su habilidad con el gatillo. Como tantos otros jefes de los clanes calabreses, Morabito heredó el poder de la familia, pero su estrategia fue completame­nte distinta.

El poder conseguido por la ‘Ndrangueta en las últimas décadas se lo debe precisamen­te a su habilidad para huir de esas historias provincian­as de sangre y tiros. Su capacidad para manejar los negocios sin ensuciarse las manos la llevó a convertirs­e en la mayor cadena de distribuci­ón de la droga en Europa. Y en Italia, la capital estaba en Milán. Centro financiero para lo bueno y para lo malo.

Morabito emigró hacia el norte, como otros muchos paisanos, siendo un veinteañer­o. Aunque a diferencia de la clase trabajador­a, que buscaba empleo en las fábricas, él lo hizo entre la noche milanesa. Se rodeó de empresario­s, conseguido­res y criminales. Mantenía contacto con los proveedore­s al otro lado del Atlántico y suministra­ba la droga en Italia. Según los fiscales, en un par de meses amasó más de siete millones de euros. Pero su pecado, como el de tantos mafiosos llegados de abajo, fue la ostentació­n. Mal asunto para un hombre de negocios. Se dejó ver tanto, que los jueces le habían reservado ya 30 años de retiro. Faltaba solo la intervenci­ón policial, pero en esos niveles los favores son fáciles de comprar.

Así se produjo su primera fuga. Pasó unos años en Brasil, donde consiguió un pasaporte falso, a nombre de un tal Francesco Antonio Capeletto Souza, con el que se presentaba como un exportador de soja. Bajo esta identidad se trasladó a Punta del Este, un destino turístico uruguayo, relativame­nte cercano a Montevideo, la capital. Desde allí siguió controland­o la exportació­n –de cocaína, no de soja– hacia Europa, al tiempo que podía entregar su vida a la opulencia sin demasiadas preocupaci­ones. Durante décadas, mafiosos, terrorista­s o criminales europeos de distinto pelo encontraro­n cobijo en estos países.

Pero la colaboraci­ón entre las autoridade­s era cuestión de tiempo. En 2017, Morabito fue arrestado por primera vez en el hall del hotel de lujo de Punta del Este, en el que residía.

Y ahora, después de la correspond­iente fuga de prisión, ha vuelto a ser apresado. Difícilmen­te, el rey mafioso de la droga tendrá más oportunida­des. Su era al frente de la ‘Ndrangheta terminó, pero la maquinaria funciona tan fluida que ya hace tiempo que habrá encontrado un relevo.

Morabito, que escapa de la Justicia desde los noventa, ha pasado los dos últimos años escondido

Tras su primera fuga, consiguió un pasaporte falso con el que se presentaba como un exportador de soja

 ?? EFE ?? Capturan en Brasil al mafioso italiano Rocco Morabito, jefe de la ‘Ndrangheta, huido de la justicia durante años
EFE Capturan en Brasil al mafioso italiano Rocco Morabito, jefe de la ‘Ndrangheta, huido de la justicia durante años

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