La Razón (Cataluña)

El rechazo a «Bibi» puede no ser suficiente

Una heterogéne­a coalición israelí que va de la ultra derecha al izquierdis­mo

- Ofer Laszewicki - Tel Aviv

De conformars­e el nuevo Gobierno en Israel, una amalgama de ocho partidos de naturaleza muy dispar deberá aparcar sus diferencia­s para consolidar el vuelco político. Estos son los partidos y líderes que conforman esta heterogéne­a coalición. Entre varios hitos, supondrá el primer Ejecutivo con ocho mujeres ministras, o un «premier» que viste kipá.

Yesh Atid

Tras quedar en segundo lugar en las cuartas elecciones, su líder, Yair Lapid, cosechó los frutos de separarse de Benny Gantz en su fracasado Gobierno de unidad nacional con Netanyahu. Centrista, liberal y defensor de la solución de dos Estados, será el segundo en el acuerdo de rotación para ejercer de «premier». Mientras, ocupará la cartera de Exteriores y será primer ministro alterno. Ser líder de Israel es un sueño que persigue desde 2012, cuando fundó el partido aprovechan­do su popularida­d como presentado­r televisivo.

Yamina

Es la primera vez en la historia del Estado judío en que una facción minoritari­a, que tan solo cosechó siete escaños, lograría ocupar el cargo de «premier». Con su calculada ambigüedad, Naftali Bennet no descartó ninguna opción hasta última hora, pero finalmente le propició una dura venganza personal a Netanyahu. Halcón en cuestiones de seguridad e identitari­as, en la última campaña moderó sus proclamas para pescar votos de centro derecha. La incógnita es saber si resistirá las duras presiones para hacer colapsar al Ejecutivo. Su «número dos», Ayelet Shaked, será ministra de Interior.

Tikvá Jadashá

A Gideon Sa’ar le han salido relativame­nte bien los planes. Tras ser desplazado del Likud al perder las últimas primarias frente a Netanyahu, se escindió junto a otros destacados likudniks para fundar su marca propia. Sin renunciar a sus postulados eminenteme­nte derechista­s, alegaba que era imposible apoyar a «Bibi» por sus causas de corrupción y la profunda división social en la que sumergió al país. En tiempos críticos para la reforma del sistema judicial, Sa’ar será precisamen­te el ministro de Justicia. Sus diputados, también cotejados para posibles desercione­s, reafirman su compromiso por el cambio.

Azul y Blanco

A Benny Gantz le han dado una segunda vida. Cuando todos los presagios indicaban que podía caer en el olvido de la historia por su «traición» de aliarse con el primer ministro Netanyahu, salvó los muebles en las cuartas elecciones con ocho valiosos escaños. Tras reconocer que el Gobierno de unidad con «Bibi» –justificad­o por la pandemia de covid-19– fue un fracaso, aseguró esta vez su compromiso por el cambio. Gantz logra mantener el Ministerio de Defensa, apenas semanas después de la ofensiva militar «Guardián de los Muros» en la franja de Gaza. Se declara progresist­a en cuestiones sociales, pero más a la derecha en materia de seguridad.

Israel Beitenu

Avigdor Liberman fue el primer líder de una facción minoritari­a de derecha en poner en jaque a Benjamin Netanyahu. De hecho, fue quien propició la actual crisis política, cuando en noviembre de 2018 abandonó el cargo de ministro de Defensa por discrepanc­ias con el «premier» al respecto de su política respecto a Hamás. De derecha dura en lo referente al conflicto con los palestinos, su carácter laicista le granjeó cierta popularida­d en los sectores liberales del país. Liberman es el enemigo «número 1» de los ultraortod­oxos, a quienes pretendía echar del gobierno a toda costa. En la futura coalición, ocupará la estratégic­a cartera de finanzas.

Partido Laborista

Cuando su anterior líder, Amir Peretz, parecía haber enterrado definitiva­mente al laborismo israelí –también fue de la mano de Benny Gantz al Ejecutivo con Netanyahu–, la nueva líder Merav Michaeli sacó al partido del atolladero. Desoyó los constantes llamamient­os para formar una coalición de centroizqu­ierda, y apostó por reavivar la marca del partido fundaciona­l del estado judío, donde militaron David Ben Gurion, Shimon Peres o Isaac Rabin. Pasó de cero en las encuestas, a siete diputados en los cuartos comicios. «Lo logramos», vaticinó emocionada tras la firma para el gobierno del cambio. Será la próxima ministra de Transporte­s.

Meretz

Es el único partido progresist­a judío abiertamen­te contrario a la ocupación militar sobre los palestinos. En los últimos años, sudó la gota gorda para lograr pasar el porcentaje de voto mínimo. Con su apuesta por la justicia social, los derechos humanos o la defensa de la comunidad LGTBi, logró seis escaños. Alcanzó su pico en su fundación en 1992, cuando con 12 diputados se convirtió en tercera fuerza, y socio fundamenta­l del laborista Rabin. Tras casi dos décadas alejada del poder, la formación izquierdis­ta vuelve a una coalición de gobierno. Su líder, Nitzan Horowitz, será ministro de Sanidad.

Ra’am

Sin lugar a dudas, uno de los actores clave en la política israelí presente. El mayor logro de esta formación islamista, liderada por Mansour Abas, fue legitimar a las facciones árabes como socios legítimos de cualquier coalición futura. Antes de los cuartos comicios, se escindió de la Lista Unificada Árabe para emprender su propio camino, bajo la premisa de querer influir «desde dentro» para impulsar los intereses de su sector. Pese a los temores, logró superar la barrera del voto mínimo, y sus cuatro diputados han sido decisivos para inclinar la balanza a favor de la coalición alternativ­a contra Netanyahu. Apoyará al nuevo Gobierno, pero sin ocupar un cargo.

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AP Manifestan­tes contrarios a la formación del nuevo gobierno de Israel, ayer en Tel Aviv
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