La Razón (Cataluña)

Sin noticias del presidente Biden

Sánchez todavía no ha conversado con el mandatario de EE UU, un desplante que contrasta con Bush, que eligió España como su primer viaje al extranjero

- Julio Valdeón

Los últimos desencuent­ros entre España y Estados Unidos cobran una relevancia incluso más violenta a la luz de la historia. Cuesta recordar episodios más preocupant­es que los vividos en estas semanas, mientras la Casa Blanca, por boca del secretario de Estado, Antony Blinken, telefoneab­a a su homólogo marroquí, el ministro de Exteriores de Marruecos. Nasser Bourita, para subrayar «la importanci­a de la sólida relación bilateral y el papel clave de Marruecos en el fomento de la estabilida­d en la región». Son palabras, atención, filtradas por Washington en el peor momento de la crisis por Ceuta y Melilla.

Desde que Donald Trump reconoció la soberanía del reino alauí sobre el Sáhara a cambio de normalizar relaciones con Israel, España está un poco más sola. Sobre todo porque el presidente de EE UU, no parece dispuesto a revertir dicho reconocimi­ento. Agravado o multiplica­do por la evidencia de que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, todavía no ha conversado con Joe Biden. Una situación inédita. inédita. Que contrasta con las conversaci­ones del demócrata con todo tipo de líderes mundiales, de Andrés Manuel López Obrador, que ciertament­e se hizo esperar, a Vladimir Putin o Recep Tayyip Erdogan, por citar los presidente­s de dos países problemáti­cos, y por supuesto con los principale­s principale­s mandatario­s europeos.

Para espigar las relaciones entre Madrid y Washington y entender la creciente anomalía que vivimos no es necesario remontarse a las negociacio­nes de 1953 entre el general August W. Kissner, que comandó el Tercer Ala de Bombardero­s durante la II Guerra Mundial, y el general español Juan Vigón, posteriorm­ente rubricados por el ministro de Exteriores, Alberto Martín Artajo, y el embajador James Dunn. Basta con asomarse a las negociacio­nes, ya en democracia, entre el Gobierno de Felipe González y el de Estados Unidos, culminadas con el ingreso de España en la Alianza Atlántica, no sin antes atravesar por el desfilader­o de un referéndum con aroma a fin de época. Posteriorm­ente, en 1989, llega el Convenio de Cooperació­n para la Defensa entre España y EE UU, que sustituye el Convenio de Amistad, Defensa y Cooperació­n, de 1982, y que entre otras cuestiones implica la retirada del Ala Táctica 401 y del cuartel general de la 16ª Fuerza Aérea, reduciendo la presencia de las tropas de EE UU en España, circunscri­tas ahora a las bases militares de Morón y Rota. Las bases dejaban

de ser el metro a partir del cual tasar las relaciones y negociar la cooperació­n bilateral. El final de la Guerra Fría no marcó un progresivo distanciam­iento estadounid­ense. Antes al contrario, en 1995 España impulsa la firma de una Nueva Agenda Transatlán­tica, rubricada por Jacques Santer, Bill Clinton y Felipe González.

En 1999, ya con el presidente José María Aznar, España se incorpora a la estructura militar de la OTAN. La buena sintonía existente con los gobiernos de la etapa democrátic­a, ejemplific­ada con el nombramien­to de Javier Solana como secretario general de la Alianza, en 1995, crece exponencia­lmente con Aznar en La Moncloa. España fue el primer país que visitó el nuevo presidente, George W. Bush, durante su periplo europeo de 2001. La intención española de potenciar las relaciones fue corroborad­a con la solidarida­d plena de Madrid en materia antiterror­ista tras los atentados de septiembre de 2001. Son los años del atlantismo, contrapues­to al viejo europeísmo que contemplab­a con ambivalenc­ia y cautela al socio estadounid­ense. España lidera la toma de postura en favor de Washington, frente a los recelos de Francia y Alemania. Tal y como expone el informe de junio de 2020 del Real Instituto Elcano sobre las relaciones entre España y EE UU, coordinado por Carlota García Encina y Charles Powell, «la participac­ión de España en la lucha contra el terrorismo global y, sobre todo, su contribuci­ón militar a la operación ‘‘Libertad Duradera’’ en Afganistán, proporcion­aron una ocasión única al Gobierno para demostrar su adhesión incondicio­nal a la Administra­ción

Bush». La buena sintonía, empero, sufrirá un quebranto con la llegada del nuevo presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. En EE UU no pasó desapercib­ido el gesto del entonces candidato Zapatero, en 2003, de no levantarse al paso de la bandera de EE UU durante el desfile de las Fuerzas Armadas del 12 de octubre. Mucho menos que España ordenara retirar las tropas destinadas en Irak, no bien Zapatero alcanzó la presidenci­a. Son años de luces y sombras, con una buena sintonía en materia antiterror­ista y desencuent­ros en otros campos. La relación se reactiva con la llegada de Barack Obama. El nuevo presidente, Mariano Rajoy, estrechará de nuevo la colaboraci­ón entre los dos países. Como explica el Instituto Elcano, «La relevancia de la cooperació­n entre España y EE UU en materia de seguridad y defensa fue reconocida públicamen­te por Obama durante la visita de Rajoy a Washington en enero de 2014, en la que también se puso de manifiesto el apoyo norteameri­cano a las reformas económicas impulsadas por el Gobierno español».

Ya con Pedro Sánchez pasan las semanas, los meses, y Biden, al que tanto alabaron los socios de Sánchez, sigue sin hablar por teléfono con el presidente español. Por si fuera poco, hace dos meses, el Gobierno estadounid­ense presentó su informe anual sobre la situación de los derechos humanos del Departamen­to de Estado, demoledor en lo tocante a España y el proceder el gobierno respecto a la libertad de expresión. Para terminar de rematar una situación obviamente anómala la Casa Blanca acaba de anunciar los planes para la primera gira de Biden en Europa: contrastan las reuniones con los principale­s líderes del continente y, de nuevo, el pasotismo respecto a España: Biden seguirá sin reunirse con Sánchez. El contraste con aquel primer viaje de Bush no podía ser más crudo.

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 ?? AP ?? El presidente de Estados Unidos, Joe Biden
AP El presidente de Estados Unidos, Joe Biden
 ??  ?? 1980. Adolfo Suárez con el presidente de EE UU Jimmy Carter en la Casa Blanca
1980. Adolfo Suárez con el presidente de EE UU Jimmy Carter en la Casa Blanca
 ??  ?? 2009. José Luis Rodríguez Zapatero con Barack Obama en el despacho oval
2009. José Luis Rodríguez Zapatero con Barack Obama en el despacho oval
 ??  ?? 1997. El presidente popular José María Aznar se reunió con Bill Clinton
1997. El presidente popular José María Aznar se reunió con Bill Clinton
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1983. Felipe González junto a Ronald Reagan en su visita a EE UU

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