Colaboración militar
Desde el año 2000, ¿cómo son las relaciones entre España y Estados Unidos?
Las relaciones entre los dos países han sido cordiales y se han mantenido en un buen nivel de colaboración. Se alcanzó el punto álgido durante el periodo de Aznar (01-04), en donde se llegó a una colaboración muy intensa, y, por el contrario, las relaciones se enfriaron y complicaron mucho durante casi todo el periodo del mandato de Rodríguez
Zapatero y hasta la llegada de Obama. Posteriormente volvimos a una situación de normalidad tras las concesiones militares a EE UU en los últimos meses de Zapatero y el periodo Rajoy. Posteriormente, como gran parte de los países europeos, las tensiones y las diferencias con Trump fueron manifiestas en una gran diversidad de campos hasta el final, como ocurrió con la cuestión del Sáhara que nos está provocando importantes problemas. En estos momentos, las relaciones han entrado en una nueva etapa de normalidad.
¿Las relaciones bilaterales cambian realmente en función de quién vive en la Casa Blanca y quién reside en el Palacio de La Moncloa?
Es verdad que como demuestra la historia, los ciclos políticos norteamericanos son muy decisivos no sólo para el país, sino también para el resto del mundo, pero no hay esa relación tan clara. Por ejemplo, las
relaciones entre Reagan y Felipe González, o G. Bush (padre) con González fueron muy estrechas y pertenecían a partidos e ideologías totalmente distintas y muy alejadas entre sí, pero es verdad que las administraciones republicanas se han llevado mejor con los gobiernos de derechas o autoritarios y en la democracia, mientras que las administraciones demócratas como las de Clinton y Obama se han llevado mejor con los gobiernos socialistas.
¿Cómo es la relación entre el presidente Biden y nuestro jefe de Gobierno, Pedro Sánchez?
A pesar de lo que se dice en determinados medios, España ocupa un lugar secundario, como casi siempre, en la agenda norteamericana y no porque se nos considere un país «secundario» en el sentido de periférico o sobre el que hay un poco interés, sino en el sentido de las prioridades norteamericanas en función de sus riesgos y amenazas, China, Rusia,
etc. Con España se mantienen unas relaciones cordiales, de colaboración en muchas áreas y especialmente nadie duda de la solidaridad y las buenas relaciones en los ámbitos militar y de seguridad, que ha sido siempre, como lo es ahora, lo que domina nuestras relaciones bilaterales.
La opinión pública se pregunta por qué Biden y Sánchez aún no han hablado. ¿Es normal?
Biden no se ha puesto en contacto con otros muchos líderes en Europa y en el resto del mundo, aunque bien es verdad que quizás ahí la estrategia del Ministerio de Exteriores no ha sido lo suficientemente ágil y eficaz para conseguir una llamada breve con el presidente del Gobierno.