¿POR QUÉ SUBE EL PRECIO DE LA ELECTRICIDAD?
EL COSTE DE GENERACIÓN ESTÁ EN TORNO A 80 EUROS MWH, FRENTE A 49 EUROS EN 2019 Y 58 EUROS EN 2018
El coste de generación de la energía eléctrica alcanza unos niveles anormalmente altos para un mes de junio: este pasado viernes, por ejemplo, el precio medio diario se ubicó en 80 euros el megavatiohora, cuando por estas mismas fechas en 2019 se ubicaba en 49 y en 2018 en 58. Dado que esta muy intensa escalada en el coste de la generación eléctrica coincide con el cambio de régimen tarifario que ha impuesto el Gobierno de PSOE-Podemos desde el pasado 1 de junio, es harto probable que muchos ciudadanos vinculen estos precios crecientes con la nueva factura de la luz. Pero deberíamos evitar mezclar temas que son de distinta naturaleza.
Primero, es verdad que el cambio en las condiciones de facturación va a suponer un encarecimiento de la luz para casi diez millones de usuarios: de acuerdo con la CNMC, todos aquellos que estuvieran acogidos a la antigua tarifa 2.0 DHA (es decir, potencia contratada de hasta 10 kW y discriminación discriminación horaria en dos tramos) sufrirán una subida de precios cercana al 10% con la nueva facturación. Sin embargo, y al mismo tiempo, la CNMC también estima que alrededor de 18 millones de usuarios experimentarán una rebaja con respecto al régimen tarifario anterior: en concreto, así sucederá con quienes tuvieran contratada la tarifa 2.0 A (potencia hasta 10 kW sin discriminación horaria), la 2.1 A (potencia hasta 15 kW sin discriminación horaria) o la 2.1 DHA (potencia hasta 15 kW con discriminación horaria en dos tramos). A decir verdad, los cálculos de la CNMC probablemente sean demasiado optimistas puesto que presupone que las familias alterarán de un modo significativo sus hábitos de consumo y que, por esa vía, lograrán un ahorro; pero incluso con supuestos más realistas, esos 18 millones de usuarios se quedarán aproximadamente en tablas con la nueva modalidad de facturación.
Siendo así, si el verdadero fondo del problema no es (salvo para los 9,6 millones de usuarios de la antigua tarifa 2.0 DHA) el cambio en los términos de facturación, ¿a qué se debe que estamos pala pala electricidad mucho más caras que otros años? Pues a dos motivos.
Por un lado, los precios del gas se hallan en máximos desde hace diez años (salvo por algún breve periodo desde entonces en que se ubicaron temporalmente por encima de sus cotas actuales) y el gas es la materia prima que alimenta la tecnología habitualmente marginal en nuestro mercado eléctrico (la tecnología marginal es la que fija en cada momento el coste de generación eléctrica). Por consiguiente, un gas más caro inevitablemente significará una electricidad más cara. Por otro, el precio de los derechos de emisión de CO2 (las autorizaciones administrativas que necesitan adquirir las eléctricas que usen combustibles fósiles para poder generar electricidad) se ha disparado durante los últimos meses como consecuencia de la progresiva reducción de su oferta orquestada por la Unión Europea para acelerar la descarbonización de la economía (cuanto más caros son los derechos de emisión de CO2, más relativamente compegando titivas se vuelven las energías renovables).
Así que ya tienen la explicación de por qué se encarece la luz: el combustible con el que se genera la electricidad en el margen (el gas) se ha subido de precio en los mercados y las autorizaciones administrativas necesarias para que parte de nuestras centrales puedan generar electricidad también se han encarecido por orden de Bruselas. El cambio de la factura eléctrica sólo va a ser, para varios millones de familias, la guinda de este mucho más caro pastel.