Amenábar halla por fin su Biznaga
El director fue el gran protagonista de una floja jornada en la Sección Oficial
«Una pensaría que es alguien menos accesible, más reservado por la gran carrera que tiene, pero todo lo contrario. Es un director muy cercano, muy atento, hasta cariñoso te diría. Ha sido increíble poder rodar con él, me ha tocado la lotería». La que habla es la actriz Ana Polvorosa –mientras presentaba «Con quién viajas» en la Sección Oficial– y la reverencia es para Alejandro Amenábar, que ha contado con ella para «La Fortuna», su próximo proyecto en forma de serie y que fue homenajeado por el certamen con la Biznaga Málaga-SUR, honrando toda su carrera. Además de en la estatuilla, que recogió anoche durante una gala en el Teatro Cervantes, la deuda del festival queda saldada con el director de «Tesis» o «Mar adentro» con un monolito, con sus manos esculpidas, que adornará desde ahora el paseo marítimo.
El experimentado realizador fue elegido, en palabras del director del certamen, José Antonio Vigar, para «saldar una asignatura pendiente con su figura», ya que nunca cineasta y concurso habían podido cruzar sus caminos. En rueda de Prensa, Amenábar agradeció el premio, que considera «un honor temprano» y recordó sus inicios, con nostalgia: «Mi carrera no existiría sin la figura de José Luis Cuerda. Fue él quien vio mi segundo corto y llamó directamente a mi casa para explicarle a mi madre que tenía que ponerme a hacer películas, que podía ser bueno».
Así quiso acordarse de un «padrino» que también le consiguió la financiación necesaria para «Los otros»: «Siempre entendimos aquella primera película como un puente hacia la segunda, pero él decía que también hacia la tercera. Es cierto que tenía fama de gruñón en los rodajes, de mala leche, pero yo nunca vi esa faceta, solo la del hombre que me cambió la vida», confesó antes de continuar, sobre la proyección internacional de su carrera, de la que cree que bebe mucho de su propia experiencia natal, habiendo nacido en Chile y trasladándose a España con apenas un año: «Han sido muchas casualidades juntas. Quién sabe qué habría sido de mi vida allí. Hasta tendría otro acento. Y lo mismo se puede decir de mis películas, que no vienen tanto de buscar fronteras ajenas como de lo que necesito para contar una historia. Si ‘‘Ágora’’ se rodó en inglés, es porque necesitábamos muchos millones para poder contarlo todo como se debía», añadió sincero. Amenábar, que está a punto de estrenarse en la televisión, sigue considerando «el cine y el largometraje» como sus «formatos predilectos», fue lo más destacado de una jornada que, en lo meramente cinematográfico, fue la más floja de lo que llevamos de concurso en la Costa del Sol.
Lo masculino como amenaza
Si antes «Ama» y «Karnawal» nos ofrecieron apabullantes reflexiones sobre la maternidad y sus diferentes matices, la película protagonizada por Polvorosa (a través del conductor de un coche compartido) y, sobre todo, la fallida «Amalgama» de Carlos Cuarón (con tres pretendientes para una mujer perdida en una isla paradisíaca), ponen de relieve el género como catalizador de historias. La masculinidad, en tanto eje vertebrador de la inseguridad pública, o, más claro, como amenaza, es el «leitmotiv» de dos películas que desde una comedia oscura intentan acercarse a la crítica social con resultado obtuso. Más nos valdría, por cerrar el círculo, volver a analizar al Noriega de «Tesis» y aprender a base de escalofríos.