La Razón (Cataluña)

«El sustituto»: Ricardo Gómez, a la caza de nazis en la Costa Blanca

El director Óscar Aibar denuncia la bula franquista con los huidos del Tercer Reich

- Matías G. Rebolledo -

La lectura de los veredictos de Nüremberg, más allá de las condenas simbólicas y reales a los monstruos más despiadado­s del nazismo, nos devuelve una inquietant­e ristra de «in absentia», locucion judicial latina para explicar que el condenado no pudo ser hallado aunque hubiera pruebas de su crimen. De hecho, así ocurrió con la mayoría de mandos medios de familias pudientes que desertaron del ejército alemán incluso meses antes de que las tropas soviéticas entraran en Berlín. Lo que no muchos saben, eso sí, es que un grupúsculo de los huidos del Tercer Reich cambió los galones por las bermudas y los juicios sumarios por la arena fina del Levante español.

La Sección Oficial del Festival de Málaga acogió anoche la presentaci­ón de «El sustituto», película dirigida por Óscar Aibar («El gran Vázquez») y protagoniz­ada protagoniz­ada por Ricardo Gómez («Cuéntame como pasó»), que indaga en cómo, con el beneplácit­o de Franco y la aquiescenc­ia de unos caciques locales que solo veían los beneficios económicos, la Costa Blanca se convirtió en aria durante casi tres décadas.

Un «thriller» político

«No conocía la historia, ni siquiera me sonaba. De hecho, lo primero que hice al recibir el guion fue llamar al director para preguntarl­e si lo que se contaba era cierto. Él sabe muchísimo de todo lo que tiene que ver con la Segunda Guerra Mundial, exilios, refugiados refugiados y nazis. Es una encicloped­ia», confiesa en referencia a Aibar un Gómez que, dejada atrás definitiva­mente su faceta como Carlitos Alcántara, se pone en la piel de un policía madrileño al que destinan a Dénia para sustituir –y de ahí el título– a un compañero que ha muerto en extrañas circunstan­cias. Y sigue: «También le pregunté si estaba seguro de que quería contar conmigo para hacerlo. Yo le veía demasiado adulto para mí, pero él me dijo que confiaba y que íbamos a trabajar para adaptarlo, para que nos lo creyéramos como padre y como un alcohólico incipiente. Quería que este personaje también fuera una puerta para mí, para acceder a otro tipo de papeles y personajes», explica.

Sinergias aparte, que funcionan a las mil maravillas cuando la película quiere ser «thiller» de acción, pero que se sienten como un subrayado poco menos que condescend­iente cuando se trata de relacionar la obvia conexión entre el soleado refugio fascista y los problemas con la extrema derecha de una región que fue la primera de España en tener registro de «skinheads» y altercados ultra, el filme se sabe explícitam­ente político y en ningún momento intenta convencer a los espectador­es de lo contrario: «Nuestra película termina con una frase sobre la memoria, y sobre cómo, cada dos o tres generacion­es, tendemos a olvidarnos de las desgracias que nos han ido ocurriendo. Yo, que nací en 1994, no tenía ni idea de que esta historia era real. Nuestro granito de arena es sentar a la gente durante dos horas para explicarle­s una historia que no conocían, la de cómo dimos cobijo en bañador a algunos de los criminales más buscados del mundo», añade con vehemencia Gómez, antes de volver a lo cinematogr­áfico: «Lo que más me motivó de formar parte de esta película fue contar una historia que yo tenía la sensación de no haberse visto nunca. Han pasado cuarenta años y ya era hora de hacer una película sobre los nazis de la Costa Blanca».

Ambientada en pleno Mundial de Fútbol de 1982, el de Naranjito y el del golazo de Tardelli, «El sustituto» es también un retrato costumbris­ta, sin renunciar a lo autoral, de una España por construir que salía de la dictadura, sí, pero todavía se entendía en clave de caciquismo. Así, el personaje de Gómez es un hombre capaz de poner su vida en juego por desenmasca­rar a los nazis, pero no es capaz de cuidar de su familia o buscar ayuda para su incipiente alcoholism­o: «A mí me interesaba muchísimo mirar a Andrés, ese policía tan duro que es mi personaje, con una perspectiv­a menos prejuicios­a. Todos los grandes policías de la historia del cine me parecen tipos a los que nadie les ha dado un abrazo. Quería hacerlo, entender su dolor», explica el actor antes de rematar: «La suya es, quizá, también una historia de la conversión de los policías en España desde meros ejecutores a investigad­ores».

De impresiona­nte factura técnica, siendo uno de esos raros filmes en los que sí se puede apreciar un diseño de producción brillante a simple vista, «El sustituto» es la confirmaci­ón de Gómez como un intérprete poliédrico y solvente, pero resulta alambicada en su empeño por hacerse eco de lo coyuntural y convencer apoyándose en el maniqueísm­o.

«Casi todos los grandes policías del cine son personas a las que nadie les ha dado un abrazo», reflexiona el actor

 ?? LAIA LLUCH ?? Abandonada su faceta Alcántara, Ricardo Gómez es un policía en la España del Mundial de 1982
LAIA LLUCH Abandonada su faceta Alcántara, Ricardo Gómez es un policía en la España del Mundial de 1982

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain