La Razón (Cataluña)

La «guerrra de las salchichas» enfrenta a Londres y Bruselas

Concluye sin acuerdo la reunión sobre los próximos controles aduaneros en el Ulster

- C. Maza -

Las negociacio­nes del Brexit estuvieron cargadas de tecnicismo­s y rompecabez­as legales. Pero si hay algo que refleja ahora las grandes tensiones que existen entre Londres y Bruselas tras el divorcio es la denominada «batalla de las salchichas». De no resolverse, podría derivar en una auténtica guerra comercial entre Reino Unido y la UE. Hoy no hay motivos para ser optimistas.

La reunión que se celebró ayer en la capital británica entre Maros Sefcovic, vicepresid­ente de la Comisión Europea y principal negociador de la UE, y David Frost, negociador británico, para hablar sobre la implementa­ción del Protocolo de Irlanda terminó sin acuerdo alguno. Las negociacio­nes no se han roto como tal, pero no hay avances respecto a la compleja solución que ambas partes pactaron para evitar una frontera dura entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte. El objetivo siempre fue el de no poner en riesgo el Acuerdo de Paz de 1998.

El Brexit creaba un auténtico reto para la frontera, la única terrestre (aparte de la de Gibraltar), entre Reino Unido y la UE. Ante la negativa de Boris Johnson de permanecer dentro de unión aduanera comunitari­a (lo que habría evitado el control de mercancías), se decidió finalmente dejar a Irlanda del Norte con un estatus diferente al del resto de Reino Unido. Pero esta situación está creando grandes tensiones políticas y problemas de abastecimi­ento.

Las exportacio­nes de salchichas y otras carnes refrigerad­as desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte quedarán prohibidas a finales de junio, cuando termina el período de gracia acordado. Pero Londres amenaza ahora con ignorarlo y la UE advierte de que está dispuesta a tomar acciones legales e imponer aranceles.

Recienteme­nte, Downing Street ya decidió unilateral­mente extender el periodo de gracia para los controles que han de aplicarse ahora en los puertos norirlande­ses a otros productos. A Bruselas se le está acabando la paciencia.

Al término de una reunión de más de tres horas, Frost reconoció la falta de avances, si bien destacó que estos contactos han sido «sinceros» y continuará­n. «El problema que tenemos es que la implementa­ción del protocolo se está haciendo de una manera que causa un trastorno en Irlanda del Norte», señaló el británico, que ya a principios de mes reconoció que el Gobierno había subestimad­o los problemas que podría ocasionar el protocolo en la provincia.

«No hubo ningún avance, tampoco hubo rupturas, y vamos a seguir conversand­o. Lo que realmente necesitamo­s hacer ahora es encontrar muy urgentemen­te algunas soluciones para apoyar el acuerdo de paz en Irlanda del Norte y permitir que las cosas vuelvan a la normalidad», dijo.

Según informó el Gobierno, las conversaci­ones tampoco avanzaron en sectores polémicos como la importació­n en Irlanda del Norte de productos cárnicos, patatas y otras materias primas, así como el viaje de mascotas de Gran Bretaña a la provincia británica. Tampoco se pusieron de acuerdo en las cuotas arancelari­as de mercancías como el acero.

Sefcovic advirtió que Bruselas está «dispuesta a explorar todas las posibilida­des dentro del protocolo», pero no a «renegociar­lo».

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