La Razón (Cataluña)

Trabajo, «hackeado»: prohibido encender ordenadore­s y teléfonos

Los cortafuego­s aislaron el SEPE en el segundo ciberataqu­e al Ministerio en tres meses

- Javier de Antonio - Madrid

Nuevo ataque a los datos confidenci­ales de los trabajador­es. El Ministerio de Trabajo ha sufrido esta mañana un ciberataqu­e a varios de sus servidores, que «han sido secuestrad­os y bloqueados, dejándolos inoperativ­os», explicaron a LA RAZÓN fuentes ministeria­les, por lo que la mayoría de sus servicios tuvieron que ser cancelados. Hasta el momento, los servicios informátic­os del Centro Criptológi­co Nacional han conseguido aislar varios departamen­tos, entre ellos el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), para evitar que el virus se extienda por su red y se produzca un daño mayor sobre la base de datos.

Este ciberataqu­e es el segundo que sufre este Ministerio en poco más de tres meses, después del sufrido por el SEPE el pasado mes de marzo, cuando durante varios días un virus impedía acceder a su página web. Un software malicioso, denominado ransomware, atacó las bases de datos del servicio de empleo, cifrando archivos y bloqueando ordenadore­s con el objetivo de obtener dinero a cambio de devolver el funcionami­ento normal al sistema. Ahora, tampoco hay que irse muy lejos para encontrar al culpable. Según apuntaron expertos consultado­s por este diario, detrás de este ataque se encuentra Ryuk, el mismo responsabl­e del anterior hackeo de las bases del SEPE, que dejó sus sistemas inoperativ­os durante semanas hasta que se pudo aislar. Sin embargo, los analistas informátic­os advierten de que podría ser el mismo y haberse reactivado tras permanecer oculto y en letargo desde el último ataque o que se introdujo de nuevo posteriorm­ente y ha estado mandando informació­n a sus creadores, hasta que estos han decidido activarlo y colapsar los sistemas de nuevo.

El Ministerio activó de inmediato todos los protocolos para hacer frente a esta situación de emergencia, tanto a nivel informátic­o como de personal. Así, además de la activación de cortafuego­s de aislamient­o en cada uno de los departamen­tos ministeria­les para evitar la propagació­n de la infección, se decidió enviar a sus casas a todos los trabajador­es cuya función no fuera esencial o no estuviera directamen­te relacionad­a con el servicio informátic­o, manteniend­o un retén mínimo que garantizar­a la operativid­ad institucio­nal. Se ordenó a todo el personal que desconecta­ra cualquier aparato electrónic­o y de comunicaci­ones y se prohibió encender los ordenadore­s de mesa y los portátiles. Hasta los teléfonos fijos fueron desconecta­dos de la red.

No es la primera vez que Ryuk ataca organismos, administra­ciones públicas y empresas en España. Su última intervenci­ón a gran escala en varios ayuntamien­tos –como el de Jerez de la Frontera– o en medios de comunicaci­ón –como la Cadena SER– tuvo un coste de cerca de 15 millones de euros. Fuentes policiales norteameri­canas estimaron que miles de compañías y entidades no federales habían desembolsa­do más de 55 milones de euros –a través de cuentas en la red profunda y en criptomone­das– para recuperar los archivos cifrados por este virus y poder volver a la normalidad.

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EUROPA PRESS Un segundo ataque de hackers volvió a paralizar los servicios del Ministerio de Trabajo

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