Primer trasplante cardíaco con corazón parado en Cataluña
Esta técnica innovadora permite encontrar nuevas fuentes de trasplantes
El Hospital de Bellvitge de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) ha realizado con éxito el primer trasplante cardíaco a partir de un corazón extraído de un donante fallecido en asistolia controlada, con el corazón parado, en Catalunya, explicó el director de los programas de Trasplantes del centro, Nicolás Manito.
Manito precisó ayer miércoles en rueda de prensa que se trata de la octava intervención de este tipo en España y añadió que, a nivel mundial, este procedimiento se ha empezado a realizar también en Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Bélgica.
El director de la Organització Catalana de Trasplantaments (Ocatt), Jaume Tort, destacó que esta intervención abre la puerta a una nueva fuente de corazones disponibles para trasplante, porque en Catalunya hasta ahora no se habían realizado trasplantes cardíacos de donantes fallecidos en asistolia.
De hecho, Tort detalló que en los últimos cinco años en Catalunya se había logrado trasplantar con «éxito» riñones, hígados, pulmones y páncreas de donantes en asistolia controlada, a excepción del corazón, por lo que ha destacado la importancia de esta intervención.
El receptor ha sido un hombre de 54 años con una miocardiopatía dilatada que le afectó durante 14 años y que «cada día se agravaba agravaba más» y, tras la intervención, fue dado de alta y evoluciona favorablemente, explicó el propio paciente.
La intensivista y miembro del equipo de Coordinación de Trasplantes del hospital Eva Oliver ha explicado que la donación en asistolia se produce a partir de donantes que fallecen tras una parada cardiorrespiratoria, que implica que los órganos se deterioran rápidamente por la falta de flujo sanguíneo.
Así, Oliver quiso subrayar que el proceso de donación es de «mayor complejidad» que el posterior a un fallecimiento por muerte encefálica por lo que, una vez certificada la defunción del donante, se realizan una serie de procedimientos para recuperar la función del corazón y evaluarlo para el trasplante.
«Es un proceso lento y complicado», ha detallado Oliver sobre estos procedimientos, que están sujetos a una serie de tempos: si en 20 minutos no se diagnostica la muerte del donante tras la ausencia de circulación, el corazón no es viable para trasplante; en caso de serlo, se precisa de entre media hora y 50 minutos para ver cómo vuelve a latir y si contrae bien, entre otros; y finalmente entre 30 y 45 minutos para comprobar que funciona bien por sí solo.
El cirujano cardíaco del centro hospitalario Fabrizio Sbraga detalló que la técnica de extracción que se utilizó en este caso fue la perfusión regional normotérmica (PRN) en el donante, con ECMO,una herramienta que sustituye temporalmente la función del pulmón o el corazón.
Con esta técnica se mantiene la sangre del donante circulando, una vez certificada su muerte, para mantener oxigenados los órganos, seguida de una preservación estática en frío del injerto, y si el estado del corazón es el adecuado, se implanta igual que en el caso de un trasplante cardíaco de donante en muerte encefálica.
Se trata de la octava intervención de este tipo en España que abre la puerta a una nueva tipología de transplantes En los últimos cinco años se han logrado trasplantar con éxito y la misma técnica riñones o pulmones