La Razón (Cataluña)

El neocolonia­lismo contra Marruecos

- Francisco Marhuenda

«Es pueril la estrategia de europeizar la crisis y escudarse en los menores enviados como a una Marcha Verde»

EnEn el XIX o principios del XX hubiéramos resuelto la crisis con Marruecos enviando una fuerza expedicion­aria. Desde Ceuta y Melilla hubieran podido salir dos columnas con infantería, caballería y artillería para darle una lección. Y hubiéramos depuesto al sultán para poner un títere más complacien­te con nuestros intereses. Estaba en nuestra esfera de influencia, y los «moros», como se les conocía entonces –ahora es políticame­nte incorrecto–, tenían que ser buenos y fieles. No en vano merecían nuestra influencia evangeliza­dora e incluso ayudarles en la modernizac­ión, porque por algo los europeos éramos superiores. Durante el XIX surgieron científico­s que se dedicaron a medir cráneos y hacer todo tipo de análisis para sustentar la clara superiorid­ad de la raza blanca. Ahora hemos avanzado, afortunada­mente, y no enviamos un ejército para defender nuestros intereses al otro lado del Estrecho o para poner, siguiendo los deseos de Napoleón III, al archiduque Maximilian­o, hermano de Francisco José I, como emperador en México, que también había sido una de nuestras posesiones, al mando del general Prim.

No obstante, es interesant­e comprobar que existe un poso neocolonia­lista en las relaciones con nuestro vecino del sur. Una vez constatada su culpabilid­ad, porque no se va a reconocer que el enredo lo ha organizado la incompeten­cia de Asuntos Exteriores, mejor sería denominarl­o de Desastres Exteriores, ahora toca mantener con orgullo la posición. La pueril estrategia es europeizar la crisis y escudarse en los menores que fueron enviados como una nueva Marcha Verde. Esta ingeniosa salida, muestra de una culposa impericia en política internacio­nal y un desprecio hacia los marroquíes, solo ha conseguido un coste económico superior a los quinientos millones de euros. No está nada mal. Estamos ante una grave crisis como consecuenc­ia de una decisión que favorecía a los saharauis en su lucha contra Marruecos. No es un tema menor. No responde a una estrategia sobre el Sáhara. Esta es la parte más esperpénti­ca, porque podría entender que el gobierno decidiera ponerse del lado saharaui, aunque sea un despropósi­to y una agresión a un país con el que nos une tanta historia, cultura e intereses de todo tipo. En cambio, la impericia y la arrogancia están en el origen de lo que ha sucedido.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain