Cursar FP con un sueldo mensual
Celaá pone en marcha la nueva ley de Formación Profesional: las empresas impartirán hasta un 50% de los contenidos y tendrán que pagar además al alumno
En cuatro años, el 50% de los puestos de trabajo requerirán una FP media o superior, pero, en este momento, España solo puede cubrir la mitad de esta demanda. Partiendo de esta idea, el Ministerio de Educación y FP ha llevado al Consejo de Ministros el anteproyecto de la nueva Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la FP. Una «estrategia de país, un cambio radical», según la ministra Isabel Celaá, que otorga a las empresas un papel clave: la posibilidad de asumir hasta el 50% de la formación de un joven que opta por estos estudios, de tal manera que tomarán parte en el diseño del currículo educativo, es decir, de lo que los jóvenes aprendan.
La nueva reforma establece que toda la FP sea dual, con formación en las empresas, aunque habrá dos modalidades: el modelo Dual General, en el que la empresa asume hasta el 25-35% de la formación, sin que medie ningún contrato ni el estudiante reciba remuneración alguna; y el Dual Avanzado, en el que la empresa tiene un papel protagonista en el diseño de la formación y en la manera de impartirla, ya que será responsable de ofrecer entre el 35 y el 50% de los conocimientos. En esta modalidad, los alumnos deberán firmar un contrato con la empresa y cotizarán a la Seguridad Social. Esta mayor conexión abre así un camino más directo de los alumnos hacia el mundo laboral siguiendo el ejemplo alemán, donde la mayoría consigue empleo en la empresa en la que hace prácticas. La ley regula, además, la figura del tutor del centro y el de la empresa, que estarán en estrecha relación, aunque la evaluación final será del centro.
La nueva ley pone en marcha una regulación homogénea que pedía el sector, ya que la ley anterior, de 2012, había derivado en 17 modelos de FP diferentes, de tal manera que algunas empresas contrataban a los alumnos y otras no o simplemente otorgaban una beca. Otro de los objetivos será internacionalizar la FP para que los alumnos se manejen, al menos, en una lengua extranjera, puedan obtener, como en la universidad, dobles titulaciones y tener estancias en empresas de otros países.
La FP va a tener una estrecha relación con la universidad. La ley prevé itinerarios formativos que reconozcan la formación previamente adquirida en la FP o en la Universidad. Impulsa nuevos modelos de colaboración o desarrollo de proyectos conjuntos. Esta FP de «primer nivel» crea formaciones más cortas, acreditables y acumulables y el concepto de formación a lo largo de la vida, donde cada persona tendrá su propia «mochila formativa».
La norma cuenta con consenso. «Está bien orientada en la línea de lo que es la FP europea, es un buen inicio, pero exige un esfuerzo grande para cambiar de mentalidad», dice Santiago García, secretario general de CECE y experto en FP.
La norma prevé microformaciones acumulables y una relación más estrecha con la universidad