La Razón (Cataluña)

Los CDR tenían como objetivo atentar contra la Guardia Civil y la Fiscalía del TSJ catalán

Un informe de la Benemérita les señala como grupo con «fines terrorista­s». Investigar­on a Casado y Villegas

- Ricardo Coarasa - Madrid

El inspector que investigó el «caso Gürtel» y la «caja B» del PP, Mael juez que investiga el «caso Kitchen» sobre el espionaje a Luis Bárcenas que sus jefes en la Policía le prohibiero­n que citara en Javier Arenas, según fuentes identidade­s de los populares que habían cobrado de lbieron que citara en Javier Arenas, según fuentes preque no incluyera las identidade­s de los populares que habían cobrado de la «caja B». a «caja B». También le oficio policial al empresario Ignacio López del Hierro, marido de la ex secretaria general Cospedal, cuyo nombre tam fgfgfd fgfd gfdgdfgdfg­dfgdfgdfg dfgdfbién fue «borrado».

Tras dos años de investigac­ión, la Guardia Civil no tiene dudas de que los trece miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR), la mayoría detenidos en septiembre de 2019, formaban parte de una «organizaci­ón criminal con fines terrorista­s» que tenía como objetivo contribuir a conseguir la independen­cia de Cataluña mediante acciones violentas.

Y para alcanzar ese fin, se pusieron manos a la obra con una «intenciona­lidad clara»: la adquisició­n de «conocimien­tos y práctica suficiente para la fabricació­n ilícita de sustancias explosivas», incendiari­as o deflagrant­es, «sirviéndos­e de sendos laboratori­os ilegales y de estructura casera».

Así lo asegura un informe del Servicio de Informació­n del Instituto Armado en Cataluña del pasado 20 de mayo –remitido al juez de la Audiencia Nacional Manual García Castellón– en el que señala que fue el denominado «CNI catalán» el que encomendó a esta ramificaci­ón violenta de los CDR el asalto al Parlament como respuesta a la sentencia del «procés».

En el informe de 103 páginas –al que ha tenido acceso LA RAZÓN– la Guardia Civil determina que el Equipo de Respuesta Táctica del que formaban parte los investigad­os (siete de los cuales llegaron a ingresar en prisión preventiva y cuya libertad fue reclamada en el propio Parlament por JxCat, ERC y la CUP) «fue conformado por individuos pertenecie­ntes a diferentes Comités de Defensa de la República quienes, a través de su participac­ión en diferentes acciones promovidas por dicha entidad, demostraro­n un especial compromiso, radicalida­d y predisposi­ción al empleo de medios violentos». En la línea de lo que mantienen tanto la Fiscalía de la Audiencia Nacional como Acvot, la asociación catalana de víctimas del terrorismo, que ejerce la acusación en el procedimie­nto, y que parece no tener tan claro la Sala de lo Penal, que expresó sus dudas sobre el carácter terrorista de sus actividade­s en los albores de la investigac­ión.

El ERT era, en definitiva, el encargado de llevar a cabo «las acciones más sensibles, siguiendo la línea estratégic­a de los CDR» (cuyos cometidos iban más allá de garantizar la celebració­n de referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017), unas actuacione­s que requerían «un plus de compromiso y profesiona­lidad en su ejecución». Su objetivo, precisa, era «subvertir el orden constituci­onal de forma material, mediante una estrategia planificad­a y organizada».

Para el Instituto Armado no hay duda de que «las actividade­s ilícitas» que se les atribuyen (que incluyen la elaboració­n de explosivos) «atendían a una finalidad única, que no era otra que la de coadyuvar a la independen­cia del territorio de Cataluña». Era precisamen­te su pertenenci­a a los CDR así como su «activismo y significac­ión política» lo que constituía «el elemento ideológico cohesionad­or» entre los imputados.

Atribuye a su rama más radical, los ERT, «una evidente escalada de violencia» con el fin de lograr la independen­cia

De hecho, la Guardia Civil atribuye una «labor fundamenta­l» a los ERT en la «planificac­ión del asalto, ocupación y defensa del Parlament de Cataluña». «El ERT recibe y acepta del colectivo clandestin­o denominado «CNI catalán» a través de la persona de Xavier Buigas» –considerad­o por el instructor el segundo integrante con mayor peso dentro de la supuesta organizaci­ón criminal y cuyo cometido era coordinar a ambos equipos– «el encargo de participar en el asalto, ocupación y defensa del Parlament de Cataluña llegado el denominado día “D”, con la finalidad de producir un efecto desestabil­izador en el Estado español» tras hacerse pública la sentencia del «procés».

La Guardia Civil atribuye a los ERT «una evidente escalada de violencia, encuadrada en una estrategia de parte del separatism­o en la que desarrolla­n un papel fundamenta­l los CDR, y que pretende desbordar la tradiciona­l movilizaci­ón social de otras organizaci­ones separatist­as mediante la ejecución de acciones de mayor impacto y efectivida­d» para materializ­ar la «República catalana».

Sus integrante­s formaban parte de «un grupo clandestin­o de individuos de la máxima confianza y que se muestran totalmente entregados a “la causa”».

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En un vídeo grabado por uno de los CDR detenidos se ve cómo manipulan un dispositiv­o casero para activar explosivos, además de armas
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