Carcaño, el nuevo «jefe» de la prisión
Ha pasado de «mendigar» en el economato a liderar el módulo donde acaban de llegar los asesinos «famosos»
En el patio de la cárcel uno socializa con café y tabaco. Si tienes dinero y puedes comprar para invitar y ganarte el respeto de los veteranos o «pagar» ciertos favores o deudas, no debería haber mayor problema: yo te invito, tú me prestas... A no ser que seas el asesino de Marta del Castillo y nadie te ingrese dinero en la cuenta de peculio. Según fuentes del interior de la prisión, Miguel Carcaño Delgado llevaba 10 años viviendo prácticamente en la indigencia dentro del módulo 2 de la cárcel de Herrera de la Mancha, donde acaban de llegar los internos «famosos» que estaban en aislamiento.
Dicen que se ponía en la cola del economato como si fuera un mendigo por si le caía una lata de Coca-Cola de vez en cuando pero hace algo más de un año que su situación ha cambiado hasta el punto de haberse convertido en el «líder» del módulo. El principal motivo es porque ahora tiene el mejor «destino» (trabajo dentro de la prisión). Está en la panadería del centro con una paga mensual de 430 euros. Dicen que además de obsequiar con panes especiales y pastas a algunos funcionarios, el sueldo (es mucho dinero en prisión) le ha permitido montar un «negocio» en el módulo: un economato paralelo. Aseguran las mismas fuentes que Carcaño compra cajas enteras de varios productos como lácteos probióticos, galletas y chocolates para revenderlos en su celda y sacarse un dinero extra. Tanto es así que a veces ha dejado sin abastecimiento de estos productos y la única manera de conseguirlos era comprándoselos a él a un precio más caro. Ahora que tiene bastante dinero, Interior debería asegurarse de que esté pagando la responsabilidad civil a la que fue condenado por el asesinato de Marta: 340.000 euros que pretendía pagar a razón de 20 euros al mes.
La ayuda del capellán
Además de esa «indigencia» en la que vivió casi una década, Carcaño estuvo un tiempo enfermo y perdió mucho peso. Aseguran las mismas fuentes que llegó a estar por debajo de los 50 kilos por una supuesta intolerancia a la lactosa hasta el punto de que tuvieron que adaptarle una dieta específica en prisión. Sin embargo, ahora se habría recuperado, aunque el cambio físico del asesino de Marta del Castillo también se debe a que ha comenzado a pasar más tiempo en el gimnasio y ha empezado a tomar proteínas en polvo; unos botes enormes que pide a través de Demandaduría.
Este cambio de vida, dicen, ha sido gracias al párroco de la prisión, Vicente Elipe López-Peláez, de la orden de los padres Trinitarios. Celebra misa los sábados por la tarde, sobre las 17:30 horas y, aunque Carcaño no es un gran devoto, aseguran que su relación se fue estrechando porque el religioso le empezó a dar clases de italiano en la capilla. Esto le ha costado al capellán los rumores dentro de la prisión de que mantenían un romance. Carcaño ha mantenido comunicaciones íntimas con dos mujeres a lo largo de este tiempo. Su actitud chulesca y altiva– ahora pasa las horas viendo películas y series con un USB que conecta a la televisión de su celda–, se ha visto incrementada por este «estatus» que ha adquirido en prisión y, aseguran, ha leído «Mi lucha» de Hitler y tiene un discurso racista. Sus dos padrinos en el módulo son Javier Riquelme, condenado por abusos sexuales a menores y Francisco Bretol, preso por haber apuñalado en ocho ocasiones a su última pareja.