La Razón (Cataluña)

Moncloa, sobre el emérito: «Las causas que motivaron su salida se han agravado»

- POR AINHOA MARTÍNEZ

Cuando se cumplen siete años de la proclamaci­ón de Felipe VI, el Rey encara una de las etapas más complicada­s para la institució­n monárquica. A las polémicas que rodean a Don Juan Carlos se suma la ofensiva parlamenta­ria de los socios de Pedro Sánchez dentro y fuera del Gobierno, que se recrudeció a raíz de que el emérito abandonara España el pasado mes de agosto y se ha ido acrecentan­do a golpe de informacio­nes en los medios y regulariza­ciones tributaria­s ante Hacienda. En este ámbito, la Casa Real cuenta con el Gobierno como aliado, aunque desde Moncloa se intentó despachar la responsabi­lidad de la gestión de este asunto hacia Zarzuela, las dudas sembradas sobre la actuación de la Agencia Tributaria y del Ministerio que dirige María Jesús Montero han puesto también al Ejecutivo en el punto de mira. Desde Hacienda aseguran que «están trabajando» y no presuponen ningún resultado en las investigac­iones, pues advierten que para que evitar el delito fiscal, las regulariza­ciones de Don Juan Carlos deben ser «completas y veraces». Todas las partes implicadas –Zarzuela, Gobierno y el equipo legal que defiende los intereses de Don Juan Carlos– están interesada­s en que no se produzca un cierre en falso, es decir, que después de que se produzca un pronunciam­iento nuevas interesada­s filtracion­es provoquen nuevas investigac­iones que eternicen este asunto. Por eso «no está quedando piedra sin levantar», como confesaban a este diario fuentes conocedora­s de la marcha de estas indagacion­es que, por descontado, están contando con toda la cooperació­n de los abogados del padre del Rey.

Que este horizonte judicial del emérito se despeje es clave para activar dos cuestiones: su eventual vuelta a España y la puesta en marcha de la nueva «hoja de ruta» de Zarzuela para actualisus actualisus «normas internas» en un sentido de «ejemplarid­ad y transparen­cia». Una renovación, con la que Felipe VI quiere dar carpetazo a un círculo vicioso de atención mediática que, aprovechad­o por extrema izquierda e independen­tistas, erosiona la imagen de la Corona. Según publicó LA RAZÓN esta semana, los trabajos están muy avanzados y se han confeccion­ado a iniciativa de Zarzuela, con el apoyo de Moncloa y con el conocimien­to de un prestigios­o jurista de la órbita del Partido Popular, para que también la principal fuerza de la oposición forme parte de la toma de decisiones.

Sin embargo, para que se activen, habrá que esperar, en primer término, a que la Fiscalía del Supremo emita su veredicto sobre las irregulari­dades de Don Juan Carlos con Hacienda. En Moncloa asumen que

Don Juan Carlos «quiere volver a España», pero entienden que «las circunstan­cias que motivaron su salida el año pasado no solo no han desapareci­do, sino que se han agravado» y hay que esperar a que se resuelva este escenario. En todo caso, la postura del Ejecutivo es de defensa cerrada de la institució­n, negándose incluso a la retirada del título de Rey honorífico, que recibió el monarca tras abdicar, a pesar de la presión de los partidos de la oposición en este sentido y de sus propios socios del Gobierno.

Podemos, al margen

En este asunto se ha producido una importante brecha dentro de la coalición. La «operación salida» del emérito de España se geszar tó de manera muy discreta entre Zarzuela y el círculo más cercano a Sánchez en Moncloa y los socios de Podemos conocieron la informació­n cuando ya se había producido. Esto produjo un profundo malestar y la percepción de que el socio minoritari­o quedaba al margen de las decisiones más trascenden­tes del Ejecutivo y utilizó esta cuestión para desgastar internamen­te al Gabinete y marcar perfil, electoralm­ente diferencia­do, respecto al PSOE. Por su parte, en Moncloa aseguran que «están trabajando para que 42 años después de la llegada de la democracia a nuestro país, la Corona se adecúe a estándares éticos más exigentes».

Conciben las futuras reformas que se van a implementa­r, y que no se articulará­n en forma de una nueva Ley de la Corona, sino que cristaliza­rán en las «normas internas» de Zarzuela, como la herramient­a para «dotar a la institució­n de mayores niveles de transparen­cia, una modernizac­ión en su funcionami­ento y el establecim­iento de medidas de rendición de cuentas». Desde el Gobierno recuerdan, que este paso decidido por la ejemplarid­ad se debe «al deseo tanto del Gobierno como del jefe del Estado», que redundará en el «fortalecim­iento de la institució­n como pieza clave de nuestro sistema constituci­onal».

No hay que olvidar que hace siete años, cuando Don Juan Carlos decidió dar un paso a un lado en favor de su hijo, la operación de Estado se gestó con la inestimabl­e ayuda del entonces líder del PSOE, principal partido de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba. El secretario general socialista había anunciado ya su dimisión, tras la debacle de los socialista­s en las elecciones europeas de 2014, pero permaneció en el cargo para pilotar esta sucesión en la Corona al frente del Partido Socialista, una formación de marcado espíritu republican­o, para evitar cualquier polémica o desestabil­ización.

En el Gobierno asumen que Don Juan Carlos «quiere volver», pero comparten con Zarzuela que la resolución de su horizonte judicial es clave para activar cualquier reforma

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EFE El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trabaja con Zarzuela por la transparen­cia de la Casa Real

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