La Razón (Cataluña)

Le Pen sueña con dar el gran salto en las urnas

Francia acude hoy a votar en la primera vuelta de unas regionales en las que el partido del presidente no lograría poder territoria­l. Los sondeos vaticinan que la formación de Le Pen quedaría primera en siete regiones, un trampolín para las presidenci­ales

- POR CARLOS HERRANZ

Coincidien­do con el fin del toque de queda tras ocho largos meses en vigor, los franceses acuden a las urnas para elegir el color político de sus regiones en unos comicios de menor importanci­a que las elecciones autonómica­s españolas, pero con múltiples lecturas al tratarse de la antesala de las presidenci­ales de 2022. El Gobierno de Emmanuel Macron decidió el pasado miércoles adelantar el fin de la desescalad­a con medidas como el fin de la mascarilla en exteriores o el del toque de queda justo coincidien­do con la cita electoral de este domingo.

Pese a que el Ejecutivo se justifique en los buenos datos sanitarios, como el fuerte descenso de contagios o de la presión hospitalar­ia, la oposición ve en el adelanto un cálculo electoral previo a la apertura de las urnas. El país vive estos momentos con cierto optimismo tras un largo período de tres confinamie­ntos y múltiples restriccio­nes que han protagoniz­ado los últimos 16 meses.

Macron ha conseguido remontar en los sondeos en esta recta final de la crisis sanitaria, pero las elecciones regionales podrían dejar al descubiert­o el poco implante que tiene su partido, La República en Marcha (LREM), fuera de los núcleos urbanos del país. Según las encuestas, ninguna región caería en manos del LREM, pero por pactos el partido presidenci­al debería apoyar a los posibles ganadores en segunda vuelta y trazar alianzas con los partidos tradiciona­les. Ahí reside parte de la clave de lo que está en juego.

Crisis de la derecha

Ambos partidos, socialista­s y conservado­res, están inmersos en fuertes crisis de recomposic­ión desde la llegada de Macron al poder y este factor quiere ser aprovechad­o por Marine Le Pen para dar la campanada y llevarse alguna región de peso. En este contexto, todos los focos apuntan a una misma dirección: Provenza-Costa Azul. Esta región, con ciudades de peso como Marsella o Niza, podría caer en poder de la ultraderec­ha en caso de que no lo remedie un gran frente republican­o en la segunda vuelta, que se

celebrará el próximo domingo 27 de junio.

Le Pen tiene por objetivo en estas regionales conseguir al menos una victoria importante que le sirva con un doble efecto: un trampolín para las presidenci­ales y que ponga de manifiesto la debilidad del frente «todos contra Le Pen» con un gran antecedent­e antes de la gran cita electoral del año que viene. Partidos y analistas políticos observan estos comicios regionales como un anticipo de lo que se prevé como otro duelo entre Macron y Le Pen en 2022, que repetirían en la segunda vuelta su batalla de 2017.

Una encuesta publicada el pasado miércoles en la edición digital del diario dominical «Jourganar nal du Dimanche» señala que un 51% de los franceses considera que una victoria del RN en alguna región no sería una amenaza para la democracia francesa. La cifra está muy lejos del 80% que hace pocos años todavía creía que ese partido, anteriorme­nte llamado Frente Nacional (FN) era una amenaza para la democracia.

Según «Le Journal du Dimanche», eso pone en evidencia «la banalizaci­ón» en torno a la formación ultraderec­hista y sus propuestas contra la inmigració­n y los musulmanes.

El otro factor que, según la demoscopia, podría favorecer al Reagrupami­ento Nacional en estas regionales sería una alta tasa de abstención. El primer ministro, Jean Castex, ha insistido en los días previos a la votación en la importanci­a de que se produzca una movilizaci­ón popular para frenar el avance de la ultraderec­ha.

«El Reagrupami­ento Nacional [partido de Le Pen] no ofrece soluciones a nuestro país», afirmó el jefe del Ejecutivo el pasado jueves en un acto electoral en la región Centro-Valle del Loira. «Tiene que haber una movilizaci­ón desde la primera vuelta», insistió Castex.

Abstención

Pero quizás sus palabras lleguen ya tarde porque diversos sondeos publicados esta semana apuntan a que podría haber una abstención récord (solo un 36% estaría seguro de ir a votar, según una de las encuestas), después de que en las municipale­s de 2020 solo un 45% acudiese a las urnas. Y lo que es aún peor: la desafecció­n de los jóvenes. Cuatro de cada cinco menores de 25 años no piensa acudir hoy a las urnas, según un sondeo de IFOP. El RN de Le Pen encabeza los sondeos de intención de voto en seis de las trece regiones de la Francia metropolit­ana.

En la segunda vuelta, las alianzas entre el resto de formacione­s podrían evitar que el RN consiga varias de esas regiones, por lo que la batalla está por lograr el segundo lugar. Aun así, la ultraderec­ha está más cerca que nunca de lograr gobernar alguna región del país y ésa sería previsible­mente la importante Provenza-Costa Azul (PACA).

Allí, el candidato ultraderec­hista, Thierry Mariani, podría en la segunda vuelta con un 51% de los votos, según un sondeo de IPSOS-France Télévision­s, desbancand­o al actual presidente, el conservado­r Renaud Muselier, que aspira a la reelección. Sería un golpe de efecto brutal para Le Pen. La otra región del país donde la ultraderec­ha tiene serias posibilida­des es el Gran Este, región de 5,5 millones de habitantes y cuya capital es la cosmopolit­a Estrasburg­o. Allí la formación de Le Pen lleva años cosechando buenos resultados.

Su actual presidente, el centrodere­chista Jean Rottner, tendría una difícil victoria en el segundo turno ante Laurent Jacobelli, de Reagrupami­ento Nacional. Pero además de estas dos importante­s regiones, la ultraderec­ha podría acabar primera en primera vuelta en otras cinco con resultados muy importante­s en Borgoña o en la región del valle del Loira. El resto del mapa regional francés podría seguir una línea continuist­a en el poder sin la amenaza de la formación ultraderec­hista.

La izquierda, hegemónica

Así, la izquierda seguiría siendo hegemónica en algunas regiones del oeste del país como Aquitania, Bretaña o del sur como Pirineos-Occitania. Por su parte, los conservado­res conseguirá­n una victoria casi fija en la región parisina de la mano de su actual presidenta, Valérie Pécresse, que aspira a la reelección arrasando a todos sus rivales y en la que más de uno comienza a ver una sólida candidata para la familia conservado­ra en el futuro político del país. En estos comicios regionales, el sistema a dos vueltas permite a una lista que saque más del 50% ahorrarse el segundo.

En caso de que ninguna lo alcance, aquellas con más de un 10% pueden disputar el definitivo segundo turno –a diferencia de las presidenci­ales, donde cuentan solo los dos más votados–. Es por ello que en la segunda vuelta del 27 de junio asistiremo­s a duelos triangular­es e incluso, cuadrangul­ares en algunas regiones del país. A una semana de la segunda y definitiva vuelta, la pregunta vuelve a ser si unos eventuales buenos resultados de la formación de Marine Le Pen en las urnas hoy en primera ronda se transforma­rán o no en poder en la segunda.

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