Biden y el Papa
Apenas se anunció el viaje del presidente de los Estados Unidos a Europa algunas fuentes periodísticas dieron por sentado que Biden, el segundo presidente católico de la gran nación americana, vendría al Vaticano para ser recibido en audiencia por Francisco. Llegado al viejo continente se intensificaron los rumores del posible encuentro entre ambas personalidades; se llegó incluso a afirmar que la fecha escogida era el miércoles 16 de junio y que el presidente USA asistiría a la misa que cada mañana Bergoglio celebra en Casa Santa Marta. Los desmentidos vaticanos no se hicieron esperar y con elegancia se hizo saber que la audiencia no había sido nunca solicitada y por lo tanto no podía hablarse de negación por parte de la Santa Sede a recibir al presidente estadounidense. Las explicaciones de este noencuentro son varias, pero la más probable es que esa audiencia hubiera coincidido con una agitada asamblea de la Conferencia Episcopal USA en la que se ha discutido un documento que pondría en cuestión dar la comunión a quienes de algún modo hayan favorecido el crimen del aborto. Un sector de los obispos piensa que es el caso de Biden y otros lo niegan, destacando que él es personalmente contrario al aborto aunque haya sostenido, siendo vicepresidente, la libertad de opción. En una carta al episcopado norteamericano el cardenal Ladaria les había pedido que aparcasen una discusión que sería «fuente de discordia». El mismo Papa, sin entrar en el tema, dijo el pasado 6 de junio, celebrando el «Corpus Christi»: «La Eucaristía no es el premio de los santos, sino el Pan de los pecadores». En ese contexto la entrevista BidenBergoglio no pareció oportuna a ninguna de las partes. No faltarán ocasiones para que ambos se encuentren y estrechen sus manos.