Valladolid «prèt à porter»
El panorama gastronómico nacional se está salpicando de numerosas propuestas de cocina amable en los llamados espacios de moderna decoración, con la sana pretensión de divertir al comensal. Siguiendo el modelo que instauró el alicantino El Portal, se ha desarrollado un concepto «fashion», de precio asequible y escasa complicación coquinaria para quienes quieren un pedazo de felicidad y mucha simpatía en el servicio. En la castellana Valladolid hay un grupo llamado BlaBlaBla, que va marcando las muescas de una pistola, que dispara alegría de vivir frente al tradicionalismo de la plaza. Su penúltima representación se llama Doña Pendeja, y se adjetiva como castiza, porque su idea es la cocina de siempre con algún giro atrevido, buen producto y mimo en la presentación presentación de los platos. En este caso, empezaremos por el final, hablando de una sensacional carta de vinos, variada y atractiva, que excede de lo que uno pueda esperar de un local de este pelaje. La Ribera manda, y se nota.
La parte sólida, acompañada de un más que atento servicio, tiene un esplendoroso inicio con un buen jamón de Guijuelo bien cortado a la vista del comensal. Unos clásicos torreznos de la zona, muy agradables, quizá algo faltos de carne y del estilo, corte fino y crujiente. Guiños modernos como el jugoso tomate acompañado de ventresca confitada en la casa, cebolla dulce y piparras, un decoroso salpicón de pulpo y langostinos, bien cargado de sus protagonistas, anticipan unos gustos y bien elaborados callos de wagyu. Pescados de la lonja a discreción, caso de un besugo con altura, junto a una suculenta chuleta madurada bien presentada y ejecutada, dan idea de la riqueza de oferta de un sitio que parecería más propio del compadreo o el ligue que de esta rica sugestión gastronómica. Torrijas, arroz con leche, chocolate…rematan la amenidad de un sitio de pura armonía entre la comida y la vista.
En Doña Pendeja podemos homenajear el estómago en el corazón de Castilla, sin necesidad de acudir al asado de rigor.
El mundo y nosotros mismos nos ensanchamos. Cocina: 7 Bodega: 7,5 Sala: 7,5 Felicidad: 7,5