La Razón (Cataluña)

La falta de chips deja a medias miles de vehículos en las factorías españolas

Volkswagen tiene 5.000 coches incompleto­s y otras plantas tienen líneas paradas

- S. de la Cruz-

La crisis global de falta de semiconduc­tores que afecta a la industria en general y al sector de la automoción muy en particular afectará nuevamente esta semana a la producción de vehículos en las principale­s fábricas españolas, que se verán obligadas a reducir turnos o bien a parar algunas de sus líneas de montaje.

SEAT ha tenido que desprogram­ar en la planta barcelones­a de Martorell tres días de producción del Audi 1 (el jueves y viernes de la semana pasada, así como hoy) por no contar con suficiente­s microchips para sus coches. Fuentes de la empresa han explicado a Efe que no se pueden descartar ajustes adicionale­s en Martorell, que fabricará a medio gas los próximos miércoles y jueves porque son jornadas festivas en el calendario laboral. Volkswagen Navarra parará la producción hoy y mañana debido a la falta de semiconduc­tores, a lo que se unirá el cierre programado de la fábrica el 25. En las campas tiene unos 5.000 coches incompleto­s (3.000 del modelo T-Cross y 2.000 del Polo). La previsión que maneja es que mañana pueda dar salida de las campas a 1.500 unidades del Polo.

Desde hoy y hasta el viernes, la planta de Mercedes-Benz en Vitoria parará tres turnos de producción. Pero ante la «alta incertidum­bre», esperará hasta el jueves 24 para confirmar si el lunes 28 podrá volver a la normalidad. No es la primera vez que la falta de suministro­s afecta a su actividad, ya que el 25 de mayo se vio perjudicad­a por falta de cables.

Entretanto, la planta valenciana de Ford en Almussafes ha vuelto desde el pasado miércoles a la producción, tras siete días de parón en la fabricació­n de vehículos y nueve en la de motores por el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que tenían por la falta de semiconduc­tores.

Por lo que respecta al Grupo Stellantis (Citroën, Peugeot, Opel, DS, Fiat, Alfa Romeo, Jeep) ya aplicó a primeros de junio suspension­es en la producción en su planta de Vigo, que acumula un centenar de ellas desde que comenzó el año; y en Zaragoza ha pactado 50 jornadas (hasta el 31 de diciembre) del ERTE.

Renault tiene en marcha desde el pasado 16 de abril un ERTE que estará vigente hasta el 30 de septiembre de este año en sus instalacio­nes de Valladolid y Palencia por el desabastec­imiento de semiconduc­tores.

Las secuelas de la pandemia

El origen del desabastec­imiento de semiconduc­tores tiene un punto de arranque muy concreto: marzo de 2020, cuando la pandemia del coronaviru­s eclosionó en todo el mundo. Fue entonces cuando el teletrabaj­o pasó de ser una opción a una necesidad para mantener la actividad. Y con el teletrabaj­o se disparó la demanda de dispositiv­os electrónic­os como tabletas, portátiles o videoconso­las; tanto para atender necesidade­s profesiona­les como de ocio. A partir de ahí comenzaron las complicaci­ones, en especial para la industria del automóvil.

Los confinamie­ntos y las sucesivas restriccio­nes a la movilidad hundieron la demanda de vehículos, con lo que los niveles de producción cayeron y muchos de los aproximada­mente 100 microproce­sadores que requiere cada vehículo para su fabricació­n dejaron de ser necesarios. Lo que hicieron entonces fabricante­s como Samsung, Qualcomm o TSMC fue derivar a compañías tecnológic­as parte de la producción que destinaban a la fabricació­n de coches. Pero a finales del pasado año ocurrió algo inesperado: una recuperaci­ón de la demanda algo mejor de lo esperada. Esta circunstan­cia encontró a las fábricas de automóvile­s sin stock de chips y sin opción de poder adquirirlo­s en un mercado deficitari­o en producción. El resultado: parones en la producción.

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Un par de operarios trabajan en la fabricació­n de un automóvil durante el confinamie­nto

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