Un líder relevante en la negociación
Fuentes del Gobierno lo dejaban claro ayer apenas unos minutos después de que Pedro Sánchez confirmara la concesión de los indultos: Oriol Junqueras es un «líder relevante» del independentismo en Cataluña sin el cual la apuesta por el diálogo que enarbola el Ejecutivo nacería coja.
Sobre esta premisa apuntala el Gobierno la concesión de la medida de gracia al líder de ERC, quien con su carta in extremis renunciando a la vía unilateral permite al Ejecutivo mostrar su convicción de que su opción por la vía del diálogo «parece a día de hoy decidida».
«No fue condenado por sus ideas», sostiene el expediente al que tuvo acceso la cadena Ser, al tiempo que considera «indiscutible» su «peso en el devenir de las relaciones entre España y Cataluña» en el futuro. De hecho, el Gobierno llega a sostener que su indulto «satisface mejor el bien común de España». Junqueras deberá estar seis años sin reincidir (el máximo periodo fijado como condición resolutoria por el Ejecutivo), pero dado que su condena fue la más grave (trece años de prisión y otros tantos de inhabilitación), ese plazo ni siquiera alcanza los nueve años que le quedaban por cumplir. En definitiva, el expediente avala las razones de utilidad pública (la apuesta por la «reconciliación») para conceder el indulto a Junqueras.
Del líder de ERC –a quien el Supremo impuso la condena más severa, trece años de prisión por sedición y malversación, de los que le restaban por cumplir más de nueve–, el tribunal afirmó que tuvo un «destacado papel en el proceso que finalmente condujo a la inobservancia de las leyes y al contumaz desprecio a las resoluciones del Tribunal Constitucional y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña».
Además de su «pertinaz desatención» a los requerimiento del Tribunal Constitucional para impedir el 1-O, los magistrados tildaron de «palmario» su «decisivo protagonismo» en los «más relevantes actos de deslealtad en la administración de fondos públicos».
Como vicepresidente de la Generalitat y responsable de Economía era «la cabeza jerárquica» de todos los miembros del Govern que se sentaron en el banquillo, destacó la Sala. En definitiva, ocupaba «la cúspide en el organigrama político-administrativo que fue puesto al servicio del proceso sedicioso». El tribunal hizo hincapié en que Junqueras y los otros ocho indultados «expresaron por los medios sociales mensajes de solidaridad, afecto y compromiso y ex presiones de agradecimiento, animando ala participación activa en el referéndum declarado ilegal, y estimulando la presencia masiva de ciudadanos en las urnas, pese a conocer que las Fuerzas de Seguridad del Estado habían recibido la encomienda específica del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de impedir su celebración».
La Sala dio por probado que Junqueras mantuvo en todo momento el «control del proceso de creación legislativa y reglamentaria que hizo posible la celebración del referéndum declarado ilegal». El propio líder de ERC –señalaron los magistrados en la sentencia– «admitió su protagonismo, si bien justificó el rechazo a esos requerimientos por la falta de legitimidad del Tribunal Constitucional».