Tres minutos para un discurso... ¿histórico?
Sánchez defiende que la medida de gracia es «la mejor decisión para España» y «lo más conforme con la Constitución»
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, despachó ayer en una intervención de apenas tres minutos desde Moncloa, la defensa de la «histórica decisión» de conceder los indultos a los líderes del «procés». El jefe del Ejecutivo puso en valor que esta «es la mejor decisión para Cataluña y para España» y que se toma «conforme al espíritu de concordia que emana de la Constitución». Sánchez se escudó en que, aunque la medida de gracia «afecta de manera directa a nueve personas», el Gobierno la pone en marcha pensando «en los catalanes que se sienten solidarios con quienes están presos y con quienes, aún no respaldando sus actos, piensan que ya cumplieron suficiente castigo». En este punto, el presidente recordó que el perdón «no exige que cambien sus ideas, porque estas nueve personas no fueron sancionadas por sus ideas, sino por sus actos». Unos actos ilegales. «Sí exige que las ideas se defiendan en el marco de la legalidad», apostilló, dejando claro que «el Gobierno trabaja por el entendimiento y no por el enfrentamiento».
Moncloa toma la decisión para «abrir el tiempo de la política y la concordia» en Cataluña. Es esta apelación a lo político, lo que recorre la argumentación de Justicia en los nueve informes que aprobó al Consejo de Ministros. Fundamentándolos en la «utilidad pública» del perdón, el Gobierno ha hecho valer la facultad discrecional que tiene constitucionalmente para activar la medida de gracia, y «restablecer» así «la convivencia y la concordia entre la sociedad catalana y la española».
«La vía judicial concluyó con la sentencia firme, que el Gobierno no pone en cuestión», aseguró Sánchez, tras dejar sin efecto parte de la misma. «Conmutamos la pena pendiente de prisión, pero se mantiene la inhabilitación», defendió el presidente. Un hecho que, ligado a que la medida de gracia sea condicionada, abunda en la dificultad de que vuelvan a reincidir. Si lo hicieran, los indultos quedaría «sin efecto».
Sánchez también reivindicó que «la primera obligación del Gobierno» es ayudar a lograr la concordia y que «miran al futuro con más optimismo» ante la oportunidad que la concesión de la medida de gracia supone para «abrir una nueva etapa de diálogo y reencuentro». «La democracia demuestra su grandeza», consideró el presidente, que aprovechó para dirigir un dardo hacia los partidos de la oposición. «Es una buena ocasión para que demuestren la suya aquellos que la cuestionan», les espetó.