La Razón (Cataluña)

El juicio por el «caso Mila» busca frenar el discurso del odio en la red

La adolescent­e francesa recibió miles de amenazas por criticar al islam en TikTok

- Carlos Herranz -

El juicio por el «caso Mila», la joven que vive bajo protección policial tras recibir una avalancha de amenazas e insultos por atreverse a criticar al islam, ha quedado listo para sentencia. Trece jóvenes de diversos orígenes y religiones de toda Francia se enfrentan a posibles penas de prisión por cargos que incluyen acoso en línea, amenazas de muerte en línea y amenazas de violación en línea tras dos días en los que Mila y sus acosadores se han visto las caras en el Palacio de Justicia de París. Se trata del primer proceso de este tipo desde que Francia creó un nuevo tribunal en enero para enjuiciar los delitos en internet, incluidos el acoso y la discrimina­ción. El próximo 7 de julio se conocerá la sentencia del caso.

«No hay anonimato [en internet]. Ya seas un joven o un adulto, a partir de que cometemos un crimen en internet, podemos ser buscados, encontrado­s y juzgados delante de un tribunal. Hace falta que el miedo cambie de bando», declaró Mila tras el primer día de audiencia el pasado 3 de junio dedicado a cuestiones de procedimie­nto judicial. El fondo del caso es lo que se ha analizado estos dos últimos días, 21 y 22 de junio, claves en el proceso.

Durante estos días, Mila ha afirmado ante el tribunal que se siente como si hubiera sido «condenada a muerte». «No veo mi futuro», ha sentenciad­o durante el proceso.

Todo comenzó con una publicació­n en enero de 2020 en Instagram. Mila, de 16 años por entonces y declarada como atea, utilizaba esta red social para dar consejos sobre maquillaje. Ese día grabó en directo un video en el que comentaba con otra chica qué tipo de mujeres les gustaban y ambas coincidier­on en que no les gustaban las árabes. Un hombre empezó a insultarla­s y a llamarlas «sucias lesbianas» y «racistas», según recordó la joven en otro video que colgó poco después. La discusión se acaloró y acabaron hablando de religión. Mila confesó lo que pensaba, sin pelos en la lengua, sobr e l islam y el Corán.

«Odio la religión, el Corán es una religión de odio, el islam es una mierda», dijo la joven, entre otras cosas. Tras la publicació­n del video, recibió miles de insultos y amenazas de muerte y de violación en las redes sociales.

Ese día cambió su vida para siempre y el escándalo estalló en Francia. Tuvo que dejar de ir al instituto en el que estudiaba por motivos de seguridad. Y, desde entonces, vive bajo protección policial las 24 horas del día. Recibe educación a distancia, ya que las autoridade­s francesas no pueden garantizar su seguridad ni la de sus compañeros si va a clase.

Uno de los acusados llamado Manfred amenazó con convertirl­a en otro Samuel Paty, un maestro de Geografía e Historia que fue decapitado en las afueras de París en octubre después de mostrar caricatura­s del profeta Mahoma en clase. Manfred le dijo a la corte en su defensa que estaba «fingiendo ser un acosador para hacer reír a la gente».

El acusado Enzo, de 22 años, se disculpó por tuitear «te mereces que te degollen», seguido de un epíteto sexista. Otros argumentar­on que sus publicacio­nes no constituía­n un delito. «En ese momento, no sabía que era acoso. Cuando publiqué el tuit, no estaba pensando», testificó Lauren, una estudiante universita­ria de 21 años que tuiteó sobre Mila: «Que le rompan el cráneo, por favor». Alyssa, de 20 años, una de las pocas acusadas musulmanas, dice que reaccionó «como todos los demás en Twitter» y se mantuvo mantuvo firme en sus críticas a Mila. Si bien el abogado defensor argumentó que no es lo mismo insultar a un dios o una religión y a un ser humano, Alyssa no estuvo de acuerdo. « Para mí, es de la misma naturaleza. Mila usó la libertad de expresión, pensé que (tuitear) también era libertad de expresión», dijo.

Su abogado ha explicado que Mila vive desde hace 18 meses «recluida». «No puede ir a una terraza ni pasear tranquilam­ente ni hacer prácticas. Todas las puertas se le han cerrado», lamentó Richard Malka, quien considera importante que en las escuelas se enseñe que «blasfemar es legal en Francia».

Malka fue, precisamen­te, el abogado en el juicio por el atentado terrorista contra la revista satírica «Charlie Hebdo», en el que en enero de 2015 fueron asesinadas doce personas por haber publicado las controvert­idas caricatura­s de Mahoma. Malka dijo que Mila ha recibido unos 100.000 mensajes amenazante­s, incluidas amenazas de muerte, amenazas de violación, mensajes misóginos y mensajes de odio sobre su homosexual­idad.

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AP La adolescent­e francesa Mila tras abandonar ayer la corte de París

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