SESENTA AÑOS, 103 DÍAS Y UN LARGO MINUTO
UnUn año después, con su imagen ya convertida en un Pulitzer, el fotógrafo Emilio Morenatti se ha reencontrado con los protagonistas de aquel momento, Pascual Pérez y Agustina Cañamero, en su residencia barcelonesa. Ambos contemplan la foto, enmarcada para regalo, que representó una sacudida de emoción y de esperanza para muchos de nosotros en los peores momentos de la pandemia, cuando el maldito virus se llevaba por delante a toda una generación, la de nuestros padres y abuelos, esforzada como pocas, y la vacuna todavía parecía una quimera. Agustina y Pascual, seis décadas de matrimonio, llevaban ya 103 días sin poder verse cuando a los responsables de la residencia se les ocurrió tirar de uno de esos recursos de fortuna que, también, marcarán esta época extraña y que tantas cicatrices ha dejado: una lámina de plástico entre los esposos, las mascarillas de rigor y mucho gel de manos. El abrazo duró un largo minuto y Morenatti confesó que apretó el obturador hecho un mar de lágrimas, como todos los que acompañaban, fuera de plano, la escena. Para Agustina, 82 años, todo está nítido en su memoria, como si fuera ayer. Ella misma llevó la larga cuenta de los días de separación. Para Pascual, 85 años, los recuerdos se difuminan. Cree que esa fotografía se tomó hace ya muchos años, en un tiempo de angustia, ya remoto, que prefiere olvidar. Ella se lo explica: «Somos tú y yo, dándonos un beso con mascarillas y todo». Pascual mira, pero no parece muy convencido, más atento al menú del día, que la vida sigue y, sobre todo, hay que saber vivirla.