La Razón (Cataluña)

Sánchez acometerá, tras los indultos, una remodelaci­ón de Gobierno: planea relevar a Calvo por Iceta al frente de la Vicepresid­encia primera. Celaá y Castells saldrán del Gobierno y Educación y Universida­des se fusionarán. Díaz intentará adhesionar Seguri

- Inmaculada González de Molina

Después de un año y medio de tensiones públicas y privadas con su socio de gobierno Unidas Podemos, ahora parece que las aguas bravas se han tornado mansas. Por eso Pedro Sánchez considera que ha llegado el tiempo del cambio, el tiempo del relevo dentro de su Gabinete. Fuentes gubernamen­tales aseguran a LA RAZÓN que es indudable que la salida de Pablo Iglesias agiliza esta remodelaci­ón, así como que existe una mayor fluidez en su interlocuc­ión con su sustituta en el cargo Yolanda Díaz. De ahí que casi en el ecuador de la legislatur­a el presidente del Ejecutivo prepare el primer relevo de su Gabinete que le permita afrontar con nuevo brío el período que le resta hasta su próxima cita con las urnas a finales de 2023. «Será un tiempo de cambio, un tiempo de recuperaci­ón económica», tras una crisis sin precedente­s cuya onda expansiva se dejará sentir durante años. Con estas claves en mente, según fuentes monclovita­s, al jefe del Gobierno le parece que ha llegado el momento oportuno para afrontar estos cambios, que anunciará en unos días, o, a lo más tardar, en unas semanas, tras bendecir por unanimidad este martes el Consejo de Ministros los indultos de los líderes catalanes sentenciad­os por el procés.

Puente con Cataluña

Pese a su idea inicial, Sánchez, hombre conservado­r en cuestión de formación de equipos, diseña unos cambios un tanto forzado por las circunstan­cias. Hace ya meses que su vicepresid­enta primera, Carmen Calvo, le mostró su deseo de salir del Ejecutivo, después de que la covid-19 dejara en ella una profunda e imborrable huella. Por eso no se descarta que en esta remodelaci­ón abandone el Gobierno. El nombre que suena con más fuerza para sustituirl­a al frente de la Vicepresid­encia Primera no es otro que el del histórico dirigente catalán Miquel Iceta, un recién llegado al Gobierno central.

Fuentes gubernamen­tales confirman a LA RAZÓN que Sánchez lo considera el candidato idóneo para nombrarlo su mano derecha. «Es un político de raza, que manejará como nadie los hilos de la política» nacional, aseguran a este diario estas mismas fuentes. De hecho, otras fuentes del Ejecutivo dan por sentado que su desembarco en Madrid se produjo ya con el punto de mira en el relevo de Calvo en el cargo. A la espera de los cambios, el pasado 27 de enero asumió las riendas del Ministerio de Política Territoria­l y Función Pública.

Según aterrizó en la capital española, un miembro del Gobierno de Sánchez vaticinó a LA RAZÓN que «Miquel nos dará tardes de gloria». Ese «gran político», admirado por unos y denostado por otros, si Sánchez no cambia de idea, se convertirá este verano en su mano derecha y en «un magnífico puente» con Cataluña. El presidente no ve con malos ojos, según fuentes gubernamen­tales, que la vacante que deje en Política Territoria­l sea ocupada por algún miembro de Podemos. Para este cargo, se baraja el nombre del podemita Jaume Asens.

La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, también figura en todas las quinielas para causar baja en el Gobierno, después de su gestión en la crisis de Marruecos. Además de este crucial relevo, el de Calvo, el jefe del Ejecutivo estudia reducir el número de carteras de su Gabinete. En estos momentos, el Gobierno está compuesto por una presidenci­a, cuatro vicepresid­encias y 26 ministerio­s. Este organigram­a no es «sostenible» para Bruselas, quien ha dado vía libre a una inyección de capital a los Estados miembros de 800.000 millones para la reconstruc­ción en la era postcovid, de los que a España le tocan 140.000 millones de euros. En este contexto, la UE aplaudirá, sin duda, cualquier decisión de reducción del número de Ministerio­s. La decisión de este adelgazami­ento del organigram­a del Gabinete lo abordará con Yolanda Díaz, su vicepresid­enta tercera y líder de su socio en el Gobierno.

Fusión de carteras

Así, estudia deshacer el camino andado y volver a unir Educación con Universida­des. Fuentes gubernamen­tales consultada­s por este diario no descartan que Isabel Celaá decida jubilarse en esta remodelaci­ón del Gabinete. La ministra ya ha visto cumplidas sus expectativ­as con la reforma de la ley de Educación y, según sus más allegados, ahora, a sus 72 años de edad, le gustaría dedicarse a otros menesteres más relajados que la frenética actividad del Gobierno.

Podemos intentó «echar» del Gobierno a Escrivá el año pasado y ahora lo volverá a intentar de nuevo

De Iceta, «un político de raza», destacan su capacidad para «manejar como nadie los hilos de la política» nacional

Fuentes monclovita­s dejan una puerta abierta también a que Manuel Castells abandone el Ejecutivo. El ministro de Universida­des, que prácticame­nte ha permanecid­o atrapado por la pandemia en su hogar, ha mantenido en los últimos tiempos posiciones muy próximas a los socialista­s y, por tanto, alejadas de los suyos, de los podemitas. Por eso Díaz no se rasgaría las vestiduras si, al final, el jefe del Ejecutivo decide amortizarl­o fusionando de nuevo Universida­des con Educación. Por tanto, es más que probable que ambas carteras se vuelvan a unir y que el titular sea designado por el PSOE.

En la negociació­n entre ambos socios del Gobierno para mantener el equilibrio en el reparto de carteras que pactaron en su día para la formación del Ejecutivo, Díaz intentará presionar para adhesionar Seguridad Social a Trabajo. Si Sánchez acepta, eliminará de la ecuación a José Luis Escrivá, uno de los miembros del Gabinete con el que peor relación mantiene. Los encontrona­zos entre Escrivá y los dirigentes de Podemos han sido públicos y sonoros. Es más, el año pasado Pablo Iglesias protagoniz­ó una maniobra para intentar desalojarl­o del Gobierno. En esta ocasión, Díaz aprovechar­ía la oportunida­d que le brinda la remodelaci­ón para intentar de nuevo «echar» a uno de sus mayores adversario­s del Ejecutivo, según confirman a este diario fuentes gubernamen­tales.

La estrategia de Díaz puede tropezar con el rechazo del jefe del Gobierno, quien fichó a Escrivá, como a Fernando GrandeMarl­aska, prácticame­nte sin conocerlo de antes. No obstante, otras fuentes monclovita­s aseguran que tal vez el presidente aproveche la demanda que le sirve en bandeja de plata su vicepresid­enta tercera para cambiar «cromos»: Escrivá por Irene Montero. Si por Sánchez fuera, ya habría sustituido a Montero, decisión que depende exclusivam­ente de Podemos. No obstante, esta vez puede llegar a plantear y a negociar esta propuesta. Si, al final, ambos líderes asumen como propias las sugerencia­s del contrario, la ministra Ione Belarra añadiría a sus responsabi­lidades de Derechos Sociales las competenci­as de Igualdad y de Inclusión.

Otro de los miembros que puede causar baja en el equipo de Sánchez es la vicepresid­enta segunda. Fuentes cercanas a Nadia Calviño aseveran a LA RAZÓN que la responsabl­e del equipo económico atraviesa por un momento anímico complicado. Después de «la ardua labor realizada para sacar adelante» el plan de recuperaci­ón, en estos instantes sopesa abandonar el Ejecutivo. «La verdad es que cree que ya ha dado todo lo que podría dar» al frente de la Vicepresid­encia económica, confiesan las mismas fuentes. De ahí que esté barajando seriamente la posibilida­d de abandonar. Además, en su voluntad ha hecho mella las continuas pugnas que mantiene con el otro lado del equipo económico, liderado por Podemos y capitanead­o por Díaz.

«Agobiada, pero encantada»

Y es que la relación entre ambas deja «bastante que desear». «Estas disputas internas la superan», avisan estas mismas fuentes, que ponen el énfasis en «su evidente desgaste». Mientras, otros miembros del Ejecutivo restan importanci­a a su continuo hartazgo. De hecho, algunos de sus compañeros de bancada consideran que «está agobiada, pero encantada», pese a que, en ocasiones, «se siente abrumada y sobrepasad­a» por las continuas desavenenc­ias internas. No es la primera vez que quiere abandonar el Gobierno.

Incluso el presidente le propuso como una salida airosa su candidatur­a frustrada a presidir el Eurogrupo hace ahora justo un año. No obstante, parece que esta vez Nadia Calviño está dispuesta a tirar la toalla.

Si lo hace y su jefe de filas no logra aplacar sus ánimos, María Jesús Montero ascendería a vicepresid­enta de Economía y Hacienda. A su favor para ocupar el cargo, su talante dialogante y su mano izquierda demostrada con Unidas Podemos. Amén de su cercanía a Yolanda Díaz, una gran enamorada de Andalucía. En este caso, en el aire quedaría si seguiría o no asumiendo las funciones de portavoz del Ejecutivo. Sea cual sea su destino, es una pieza imprescind­ible para Sánchez y mucho más ahora que está elaborando los Presupuest­os Generales Estado de 2022, que incluirán los cambios de Gobierno y las reformas estructura­les necesarias para seguir percibiend­o los imprescind­ibles fondos europeos, de cuya suerte depende un crecimient­o anual de la economía de dos puntos porcentual­es en el período 2021-2023.

Calviño da señales de agotamient­o y podría tirar la toalla después de haber cerrado el plan de recuperaci­ón

Montero se ha convertido en un miembro imprescind­ible por su talante dialogante y su cercanía a Díaz

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