Europa confía en Turquía para frenar otro éxodo sirio
Los 27 encargan a la Comisión preparar otra ayuda millonaria
Los líderes europeos se reunieron ayer en la capital comunitaria con una agenda repleta en la que destaca el deshielo con Turquía que ya comenzó lentamente en marzo. Después de que el verano pasado estuviese protagonizado por tensiones en el Mediterráneo debido a las disputas territoriales entre Turquía y Grecia, la aguas han vuelto a su cauce y el encuentro de ayer escenifica la necesidad de que los Veintisiete tengan unas relaciones lo más amigables posibles con un vecino difícil y correoso, pero también imprescindible en temas como el control migratorio o la lucha contra el terrorismo.
En 2016, en pleno oleada migratoria por la crisis de refugiados siria, los Veintisiete ofrecieron a Ankara 6.000 millones de euros (de los que se han desembolsado 4.100) a cambio de acoger a los demandantes de asilo y que su guardia costera interceptase la llegada de refugiados para que no pudieran acceder al territorio europeo. Aunque esta externalización de la política migratoria europea ha sido muy criticada por organizaciones no gubernamentales de ayuda a los refugiados, lo cierto es que las instituciones europeas la consideran un éxito, ya que consiguió reducir de manera drástica el número de llegadas y aliviar las tensiones en los Veintisiete. Actualmente Actualmente más de tres millones y medio de refugiados sirios han sido acogidos en Turquía.
Aunque los líderes europeos discutieron también el tema migratorio, las diferencias entre Norte y Sur del club europeo sobre la nueva propuesta de la Comisión Europea presentada en septiembre continúan inamovibles. La iniciativa de la Comisión consagra la solidaridad a la carta y supone una enmienda a la totalidad a las cuotas obligatorias de refugiados defendidas por su predecesor, Jean Claude Juncker. A cambio, la iniciativa defiende que aquellos países que no quieran acoger a refugiados puedan colaborar en las expulsiones forzosas de los inmigrantes ilegales. Aunque este nuevo enfoque puede interpretarse como la victoria de los países del Este que boicotearon sin descanso las cuotas obligatorias, en realidad el nuevo texto sigue sin gustar a nadie. De ahí, que el borrador del texto de conclusiones de la reunión de ayer se limite a señalar la importancia de llegar a acuerdos con terceros países como modo de cerrar a cal y canto las fronteras europeas y decida no abrir ningún avispero.
Desde hace tiempo, Ankara presiona para conseguir más dinero. Por eso, estaba previsto que los Veintisiete encargaran al Ejecutivo comunitario la preparación de un nuevo paquete de ayuda financiera a Ankara.