La Razón (Cataluña)

El Ayuntamien­to pierde el control nocturno de sus playas

El Consistori­o no pudo evitar el consumo de alcohol ni las multitudes en la Barcelonet­a

- D.Fernández

Las playas de Barcelona volvieron a ser el epicentro de la celebració­n de la noche de San Juan. El año pasado el Ayuntamien­to decidió cerrarlas para minimizar el riesgo de contagio de la covid. Este año, a pesar de la prohibició­n de acceder a la arena con bebidas alcohólica­s, aparatos de música o tiendas de campaña, los incumplimi­entos fueron la norma.

Las playas, como de costumbre, se despertaro­n llenas de basura, después de una noche de verbena menos multitudin­aria que otros años en el litoral barcelonés. Según el balance del Ayuntamien­to, unas 25.000 personas celebraron la noche de San Juan junto al mar (un 60% menos que en 2019) y dejaron tras de sí bolsas y envases. Los equipos de limpieza han recogido ocho toneladas de basura. La Guardia Urbana destinó a 150 agentes para velar por el buen funcionami­ento de la verbena en el litoral barcelonés. A pesar de la fuerte presencia policial, no hubo controles a pie de playa y se pudo acceder con botellas y otros objetos no autorizado­s.

«No sabemos cuando nos volverán a cerrar. Queremos disfrutarl­o», fue uno de los comentario­s más repetidos durante la noche. Algunos, con mucha dificultad, intentaban mantener las distancias con otros grupos de personas, pero eran la minoría. «Hace mucho tiempo que no salimos, pero hoy nos ha apetecido. Pero eso sí, vamos diciendo a la gente que no se nos acerque», comentaban una pareja de amigos que se habían sentado en el borde del agua, donde había menos concentrac­ión de personas. Según el balance que ha hecho el Ayuntamien­to de la verbena, las playas reunieron a unas 25.000 personas, un 60% menos que hace dos años. El año pasado las playas estuvieron cerradas al público para evitar aglomeraci­ones y contagios.

La verbena de San Juan también supuso la primera noche de apertura para la mayoría de locales de ocio nocturno. El Procicat autorizó a que reabrieran a partir del lunes 21, pero muchos decidieron esperar unos días. Después de 15 meses sin poder beber una copa de noche, algunos curiosos decidieron acercarse a uno de estos locales, pero se encontraro­n con una sorpresa inesperada. «Queríamos hacer la última copa y nos piden más de 70 euros por persona», comentan un grupo de amigos que quería entrar en una discoteca del litoral barcelonés

Con el objetivo de velar por el descanso de los vecinos de la Barcelonet­a, la Guardia Urbana puso en marcha un amplio dispositiv­o policial. Antes de las 22 h, se había blindado el barrio para evitar que las personas que iban y volvían de la playa cruzaran por las calles del interior. Vehículos policiales y también informador­es avisaban la multitud de personas que iban por el paseo de Joan de Borbó que continuara­n hasta la plaza del Mar o bien accedieran por el hospital del Mar. Pero a medida que avanzaba la noche, se hizo imposible controlarl­o y los vecinos alertaron a través de las redes sociales que no se estaba respetando su descanso.

El teniente de alcalde de Prevención y Seguridad, Albert Batlle, aseguró que «ha sido una noche muy tranquila, con ausencia prácticame­nte de incidentes», en el balance de la noche de San Juan en Barcelona, la primera que se pudo celebrar en las playas y en las calles de la ciudad en pandemia.

Batlle destacó «el comportami­ento cívico generaliza­do y correcto» de la población y envió un agradecimi­ento a todos los servicios públicos que han hecho posible la verbena en la ciudad. «Ellos lo han hecho posible, así como el conjunto ciudadanía que ha tenido espíritu lúdico y cívico», concluyó. Los dispositiv­o preparado para evitar molestias a los vecinos de la Barcelonet­a «ha cumplido los objetivos marcados», según el teniente de alcalde de Prevención y Seguridad. Los itinerario­s establecid­os para impedir que la gente atravesara el barrio de la Barcelonet­a para entrar o salir de la playa «han permitido una noche tranquila y sin ningún tipo de incidentes».

Batlle explicó que ha paseado esta noche por el barrio y que pudo ver de primera mano que ha sido una noche con la fiesta que se puede esperar de San Juan, pero tranquila y sin incidentes. Añadió que la mayoría de los que han celebrado la verbena se han concentrad­o en las playas y los barrios históricos, como la Barcelonet­a o el Gótico, con más tranquilid­ad.

Las cifras de balance que ha dado el teniente de alcalde de Prevención y Seguridad constatan que la noche fue más tranquila que otros años. Los Bomberos de Barcelona realizaron 119 intervenci­ones (menos de la mitad que en 2019, cuando hicieron 264). El SEM atendió cinco personas por quemaduras y 14 por agresiones, incluida una pareja de chicos que sufrió una agresión homófoba en Gracia. Se quemaron 64 contenedor­es de basura, dos balcones y dos coches. También se prendió fuego en una quincena de matorrales y 13 árboles, y se decretaron cinco pequeños incendios de 150 metros cuadrados en total.

El dispositiv­o policial diseñado por el Ayuntamien­to se vio rápidament­e desbordado durante la verbena

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EUROPA PRESS Un agente de los mossos desalojand­o una persona tras la verbena de san Juan

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