Rincón de la Victoria
LAS VACACIONES MÁS COMPLETAS A ORILLAS DEL MEDITERRÁNEO
LasLas ansiadas ganas de vacaciones se han multiplicado este verano, pues probablemente estemos ante las más esperadas de nuestra vida, después de duros meses de pandemia y limitaciones. Por eso, ahora toca darse un homenaje y buscar un destino en el que cumplir todos los sueños que se han ido posponiendo en este último año. ¿Dónde? Pues no hace falta cruzar nuestras fronteras ni irse muy lejos para encontrar la fusión perfecta entre descanso, cultura, naturaleza, turismo activo, playas espectaculares y buena gastronomía. En el sur de nuestro país resulta sencillo encontrar esa suma idónea de ingredientes, tal y como ocurre en el municipio malagueño de Rincón de la Victoria, pues permite al viajero pasar en apenas unos kilómetros de su extenso litoral a una zona montañosa ideal para practicar senderismo, excursiones o rutas en bicicleta.
Considerado como puerta de La Axarquía, Rincón de la Victoria hace las delicias de las familias con niños, pero también de los más aventureros o de quienes simplemente quieren descansar a orillas del Mediterráneo. Y eso lo consigue gracias a su esmerada oferta turística, que ha sabido adaptarse a las nuevas necesidades del viajero, garantizando al máximo la seguridad que ahora es necesaria, pero sin renunciar al entretenimiento. Y ese entretenimiento pasa, por ejemplo, por adentrarse en el Parque Arqueológico o en el Parque Botánico, sin pasar por alto la posibilidad de practicar su mejor «swing» en el campo de golf de Añoreta Golf (18 hoyos). Sin embargo, si hay una cita obligada en Rincón de la Victoria es, sin duda, la de adentrarse en la única cueva visitable cuya formación es de origen marino en toda Europa (y una de las únicas tres que se conocen en el mundo). Se trata de la Cueva del Tesoro, conocida también como la Cueva del Higuerón, en cuyas galerías se encontraron restos del Paleolítico y de la Edad de Bronce, así como muestras de Arte Rupestre, y que ahora ofrece un cómodo recorrido por sus cavidades que permite colarse entre espectaculares grutas y admirar las curiosas formas que el agua ha esculpido a través de milenios.
Desde La Cala del Moral a Torre de Benagalbón es posible disfrutar de casi ocho kilómetros de playa salpicadas de acantilados que quitan el hipo y que incluso pueden atravesarse por túneles que resultan de lo más emocionantes para los pequeños de la casa. Y tras el paseo, nada mejor que recuperar fuerzas en cualquiera de los numerosos restaurantes del municipio, donde no hay que dejar de probar los sabrosos espetos y los exquisitos pescados, aunque tampoco defraudan las carnes. ¡Vacaciones completas!