Intempo: la torre residencial más alta de Europa toca por fin el cielo
El rascacielos de Benidorm estará terminado en julio tras 15 años plagados de problemas
El proyecto consiste en dos torres de 198 metros de altura y 45 plantas con 256 viviendas de lujo de hasta un millón de euros Parado por culpa de la anterior crisis, la empresa que lo promovió quebró, fue adquirido por la Sareb y rescatado por un fondo
Para llegar a tocar el cielo, el rascacielos residencial más alto de Europa, Intempo, ha tenido que pasar por el purgatorio y flirtear con el infierno durante una década y media, la que ha mediado desde que se comenzó a construir en 2006 hasta el próximo mes cuando, según la promotora del edificio ubicado de Benidorm, Uniq Residential, finalizará su construcción. En esos 15 años, el descomunal proyecto –dos torres de 198 metros con 256 viviendas de lujo en 45 plantas– ha sido un coloso en llamas metafóricas: quiebras de su promotora inicial, de una de sus constructoras, abandono de los arquitectos, conflicto judicial, rescate de la Sareb...
La obra del edificio comenzó en febrero de 2006 promovida por Olga Urbana. Los planes iniciales apuntaban a que estaría finalizado en 2010. Pero el estallido de la crisis económica de 2007 y la aparición de numerosos problemas financieros y técnicos pronto empezó a poner en jaque esta fecha. En julio de 2009, la empresa responsable de la construcción, Estructuras Aliben, presentó un ERE temporal, finalmente quebró y las obras quedaron suspendidas hasta marzo de 2010.
Tras las problemas de la constructora, llegaron los de la promotora. El proyecto había arrancado con ayuda de un préstamo otorgado por Caja de Ahorros de Galicia, hoy Abanca, cercano a los 100 millones de euros. En 2012, en el marco de la crisis financiera, la Sareb, la sociedad semipública creada para gestionar y vender los activos problemáticos de las entidades bancarias rescatadas, se hizo cargo de la deuda del edificio, que por aquel entonces estaba terminado al 90%. Dos años después, solicitó ante un juzgado de Alicante que Olga Urbana fuera puesta en concurso necesario ante su evidente insolvencia, como pasó.
Entre medias de uno y otro hito, el proyecto sufrió otro sonado contratiempo. En junio de 2013, los estudiosde arquitectura encargado s de la gestión de la construcción se retiraron del proyecto. Según explicaron entonces fuentes del Ayuntamiento de Benidorm y de la promotora, su renuncia venía motivada por la pérdida de confianza después de que la Sareb hubiera impuesto a la promotora el control económico del proyecto a una empresa externa. Finalmente, otro estudio recogió el testigo de Intempo.
Lo que vino después de que la Sareb tomase el control fue un rosario de peleas en los tribunales entre los acreedores, de la propia Sareb contra Olga Urbana... que no permitieron avanzar en la construcción hasta que en 2017 apareció el salvador: SVP Global. A cambio de unos 60 millones de euros –aunque la sociedad pública nunca desveló el importe exacto– la Sareb, que lo había puesto en venta a finales de 2015, traspasó el rascacielos a este fondo con sede en Connecticut, especializado en activos con problemas.
Tras su adquisición, SVP Global recurrió a la promotora Uniq Residential para reanudar los trabajos en 2019 y anunció una inversión de 30 millones de euros para su modernización, adecuación y comercialización. Parado desde 2014 y proyectado casi una década antes, el rascacielos necesitaba ponerse al día de los nuevos gustos y necesidades de sus potenciales clientes. Las dos torres están unidas por un icónico diamante entre las plantas 38 y 45 que propicia que los apartamentos vayan aumentando su superficie a medida que incrementa su altura. Los pisos entre esas plantas son los más lujosos, con hasta cuatro habitaciones y 250 metros cuadrados con vistas al mar y la montaña. Tras el lifting, se ganó espacio con el derribo de tabiques y la instalación de puertas correderas. La gran mayoría de viviendas de un dormitorio han sido reemplazadas por otras de dos habitaciones y se les han añadido a todas acabados de lujo.
Y es que las viviendas de Intempo no están al alcance de cualquier ni dirigidas a cualquiera. Uniq asegura que ya tiene reservadas más del 40%, con precios desde 250.000 euros hasta el millón. El perfil del comprador es, principalmente, extranjero (ruso, nórdico, francés o alemán, «aunque también se ha apreciado un gran número de reservas por parte de españoles», apunta el director de ventas y marketing de Uniq, Ángel Gregori. Intempo es un gran edificio y no sólo por su altura: 600 metros cuadrados de entrada, una piscina estilo playa de 800 metros y otra infantil de 90. Hay además una zona para niños de más de 1.000 metros y un restaurante exclusivo para propietarios, así como espacio «wellness» en las dos últimas plantas con piscina «infinity», zonas de masaje, sauna y gimnasio.