Aragonès pone la Generalitat al servicio de los indultados del 1-O
«Seguimos empeñados en hacer posible la independencia», avisa el president
Día de alfombra roja en la Generalitat y el Parlament, las dos máximas instituciones de Cataluña. El president abrió ayer las puertas del Palau para recibir a los indultados del «procés» entre aplausos, vítores y proclamas a favor de la amnistía y la autodeterminación. Una auténtica puesta de largo del Govern en bloque encabezado por Pere Aragonès antes de desplazarse hasta la Moncloa para reunirse esta tarde con Pedro Sánchez.
El líder de ERC y exvicepresidente del Govern Oriol Junqueras, la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, los exconsellers Jordi Turull, Raül Romeva, Josep Rull, Joaquim Forn y Dolors Bassa, el secretario general de Junts y expresidente de la ANC, Jordi Sànchez, y el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, llegaron juntos la plaza Sant Jaume donde han sido recibidos por apenas una decena de personas con «estelades» y gritos de «independencia».
Aragonès salió al exterior y les ha recibido en la plaza para fotografiarse ante la puerta principal de la Generalitat junto al vicepresidente Jordi Puigneró (JxCat). El primer homenaje se lo llevaron sólo entrar en el edificio, en el patio de los Carruajes, hasta donde se acercaron los trabajay dores públicos, asesores y altos cargos del Ejecutivo entre aplausos. A continuación, han subido hasta la Galeria Gòtica y en la Sala dels Diputats han sido recibidos por el resto de miembros del Govern.
Aquí se vieron imágenes curiosas como la conversación entre el titular de Economía, Jaume Giró, y Oriol Junqueras, o la complicidad del republicano con la mano derecha de Aragonès, Laura Vilagrà.
Luego llegó el momento de los discursos en un solemne escenario montado en la galería Gótica y que incluía varias sillas vacías en «honor» a Carles Puigdemont y el resto de dirigentes en Bruselas
y Ginebra. En su intervención, que sirbió para cerrar el acto, Pere Aragonès aprovecho para lanzar dos advertencias en una: «Vuestra libertad nos hace más fuertes. Que nadie se equivoque: seguimos empeñados en hacer posible la independencia de Cataluña y la república» y «haremos inevitable la amnistía la autodeterminación». Dos algaradas a modo de aviso apenas 24 horas antes de reunirse con Pedro Sánchez en la Moncloa y escenificar una nueva etapa de diálogo entre ambas administraciones.
«En la cárcel en nombre de Cataluña»
En su turno, el vicepresidente Jordi Puigneró, el hombre fuerte de Puigdemont en el Ejecutivo, fue aún más explícito, echó mano de varias algaradas –«Sois un referente para este país, habéis estado en la cárcel en nuestro nombre, en nombre de Cataluña. Os debemos el honor y el reconocimiento que merecéis»– y llegó a parafrasear al presidente del Gobierno y su «concordia»: «La concordia es incompatible con la represión. La concordia es aceptar que votar es la vía para solucionar los conflictos políticos. No somos ingenuos, sabemos que ejercer pacíficamente el derecho a la autodeterminación no será tarea sencilla. Pero estamos dispuestos a persistir», aseveró. «Algún día serán ellos los que estarán obligados a pediros perdón», apostilló hablando en genérico sobre el Estado.
En representación de los indultados la escogida para intervenir ha sido la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, quien no ha dudado en calificar los indultos como una «victoria»: «Vivámoslo como un paso más en nuestro camino, como un paso más hacia el fin de la represión, hacia la autodeterminación y hacia esta república justa, solidaria y feminista que queremos».
El homenaje no terminó aquí: los nueve indultados abandonaron el Palau de la Generalitat para protagonizar la segunda recepción del día en la cámara catala, ésta de la mano de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, quien se reafirmó en su intención de retomar el desafío donde lo dejó Forcadell.
Participa todo el Ejecutivo y el independentismo. Borràs se reafirma en retomar el desafío donde lo dejó Forcadell