Goles contra el nazismo
Se manifestó contra un partido ultra de Alemania, lloró en su visita a Dachau y ha donado dinero para Auschwitz
Hay futbolistas que pasan por la vida con los ojos cerrados, sin ver qué sucede a su alrededor, mientras que otros usan el fútbol como un instrumento para intentar hacer del mundo un lugar mejor. Entre estos últimos está el centrocampista alemán Leon Goretzka, para quien un mundo mejor es un sitio sin nazismo y tolerante con el colectivo LGTBIQ.
«Fritz Walter dijo que todos los jugadores son cancilleres en pantalones cortos. Creo que es una gran frase. Los futbolistas debemos aprovechar la gran atención que recibimos para generar conciencia en este tipo de temas», recordó Goretzka en una entrevista con DAZN. Esos temas a los que se refería el jugador del Bayern eran la lucha contra el nazismo y por la igualdad y en su vida diaria se esfuerza por llevar a la práctica la frase de Walter, campeón del mundo en 1954 con Alemania y uno de los futbolistas más grandes de su historia.
Goretzka empezó a tomar conciencia de lo que supuso el Holocausto en la escuela, pero fue con 12 ó 13 años, durante una visita con su padre y un amigo al campo de concentración de Dachau, cuando vio la verdadera dimensión de lo que fue el Holocausto. «De pronto, todo se volvió real. Vi fotos en las paredes y luego salimos al patio, donde reconocí algunos lugares de las imágenes que había observado. Fue entonces cuando me puse a llorar, porque todo se me vino encima. Visitar un campo de concentración debería ser una actividad obligatoria para todos», recordó.
Aquella visita marcó para siempre la vida de Goretzka, cuya conciencia social no ha dejado de agitarse y no duda en posicionarse cuando hay algo que considera injusto. «Es una vergüenza para Alemania», dijo sobre el partido ultra Alternativa para Alemania (AfD). «La crisis del coronavirus ha dejado muy claro qué tipo de partido es, apoyado por gente que niega el coronavirus y que relativiza el Holocausto. Vivimos en una democracia que nada ni nadie puede romper», declaró.
Durante una pretemporada en Los Ángeles visitó el Museo del Holocausto y en diciembre donó junto a su compañero Joshua Kimmich 75.000 euros para mantener la labor educativa que se hace en el antiguo campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau. Convertido en museo dedicado a la memoria de las víctimas, debido a la pandemia por al covid-19 estuvo varios meses cerrado y sin ingresos. «Auschwitz es parte de nuestra historia y su recuerdo es omnipresente. Todos estamos llamados a luchar para que uno de los capítulos más oscuros de la humanidad no vuelva a repetirse», expresaron los futbolistas.
Para Goretzka fue «un privilegio conocer a Margot Friedländer, superviviente de un campo de concentración, y hablar con ella sobre el antisemitismo, la vida judía en Alemania y su biografía. Nunca olvidaré la conversación. Depende de todos que esto no vuelva a ocurrir. Es su misión, por la que lucha cada día. Le prometí que haría lo mismo».
El gesto más reciente de Goretzka fue para apoyar al colectivo LGTBIQ. Después de marcar contra Hungría en la Eurocopa dibujó un corazón con sus dedos ante los ultras homófobos húngaros.