Lapid inaugura la embajada en Emiratos Árabes
En su histórica visita a Abu Dabi, el ministro israelí defiende la paz con sus vecinos
Antes de despegar, el ministro de Exteriores de Israel, Yair Lapid, tuiteó una foto suya desde la butaca del avión: «Pongo rumbo a una visita histórica a Emiratos Árabes Unidos [EAU]».
Tras la normalización de relaciones entre el Estado judío y los países del golfo pérsico incluidos en los Acuerdos de Abraham –impulsados por la Administración Trump y firmados por el ex «premier» Benjamin Netanyahu–, el aterrizaje de Lapid ayer supuso la primera visita oficial de un ministro de Exteriores israelí al país árabe. Vino con una misión especial: inaugurar la embajada de Israel en Abu Dabi, así como un consulado en Dubái. Hasta ahora, habían desembarcado en los emiratos altos funcionarios y decenas de miles de ciudadanos israelíes, curiosos de descubrir los nuevos destinos que se les abren en Oriente Medio. En el acto inaugural de la legación diplomática, Yair Lapid, junto al rabino principal de EAU, Levy Duchman, colocaron una mezuzá (pergamino de la Torá) en la entrada principal.
«Israel está interesado en la paz con todos sus vecinos. No nos vamos a ir a ningún lugar, permaneceremos aquí. Por ello, pido a todos los países de la región que reconozcan este hecho, y que vengan a hablarnos», exhortó el ministro de Exteriores israelí.
Pese al turbio traspaso de poder en el Estado judío, y la promesa de Netanyahu de batallar desde la oposición para «derribar al
Gobierno de la izquierdas», Lapid quiso reconocer al líder del Likud, que fue «el arquitecto de los Acuerdos de Abraham, y trabajó intensamente para lograrlos».
También alabó el rol de la Casa Blanca: «Agradezco al ex presidente Donald Trump, así como al actual Joe Biden, por su apoyo incondicional». Y concluyó: «Estamos aquí porque escogimos la paz en lugar de la guerra. Es un momento histórico, y esto no es el final del proceso. Es el principio de un nuevo camino».
Alon Ushpiz, director general del ministerio de Exteriores de Jerusalén, destacó que la inauguración de la embajada que «supone la culminación de dos décadas de diplomacia». Si bien los vínculos oficiales empezaron a partir de agosto de 2020, eran conocidas las relaciones bajo la mesa entre Israel y países del Golfo en ámbitos económicos y de seguridad.
Eitan Na’eh, veterano diplomático que ha sido nombrado embajador israelí en Abu Dabi, destacó que en treinta años de profesión no había vivido un acto tan emotivo. «Ver nuestra bandera izada en el mástil, junto a la de EAU, es especial. Y el grado de preparativos locales es de los más altos que viví», consideró el embajador.
Na’eh insistió en que no notó un cambio de actitud en los emiratíes tras el relevo en el Gobierno israelí. Y precisó: «Estos acuerdos representan un sueño y una visión. Tras la inauguración de hoy, profundizaremos los vínculos y la cooperación».
Desde Washington, el secretario de Estado, Antony Blinken, bendijo la apertura de la delegación israelí: «EE UU trabajará con Israel y EAU. Seguiremos impulsando un acuerdo que beneficie a la seguridad y progreso de todo Oriente Medio».
La ministra de Cultura de EAU, Noura Al Kaabi, vaticinó tras el discurso de Lapid que «es esencial preparar a nuestro hijos para un nuevo mundo». Tras cortar la cinta inaugural junto a su homólogo israelí, Al Kaabi cerró su discurso con un todaravá (muchas gracias en hebreo), y deseó que «ésta sea la primera de muchas visitas oficiales de alto nivel». Según la ministra, la colaboración con Israel se centra en inteligencia artificial, ciudades inteligentes, la lucha anti covid19, el comercio o el turismo.
La cooperación también incluyó una cláusula polémica: la luz verde para la venta de cazas de combate F-35 estadounidenses a EAU. Con su suministro, el Estado judío perdería la supremacía militar aérea en la región.