La Razón (Cataluña)

Pompa y propaganda para celebrar la «China Roja»

El centenario del Partido Comunista exalta el orgullo nacional

- Victoria Pascual -

En taxis, museos, escaparate­s y calles. Estos días, el Partido Comunista Chino (PCCh) es omnipresen­te. Más, si cabe. El emblema de la hoz y el martillo se encuentra por todos lados, y el rojo y el amarillo visten las ciudades. Exposicion­es, series de televisión o películas. Monedas, camisetas e instalacio­nes florales. Todo parece poco para conmemorar el centenario de la fundación de una formación política que se equipara al Estado. Hasta la música nacional se ha volcado con la celebració­n y un total de cien raperos chinos han creado una canción para loar con sus versos los logros y virtudes del PCCh. Titulada 100%, la letra pone el acento en el orgullo patrio de los jóvenes que la cantan.

«De la pobreza extrema a brillar, no me arrepiento de haber nacido en China, nuevos trenes de alta velocidad, nuevos puertos, nuevas miradas y una nueva historia, vamos China, rejuvenezc­amos rejuvenezc­amos la gran nación», reza la canción. En otro verso, otro cantante elogia el creciente poder del gigante asiático. «[No tenemos] miedo de ser comparados con otros, ya hemos tomado la delantera, tenemos dinero en el banco... corremos hacia el mundo para mantenerno­s en la cima».

Poco tienen que ver estos jóvenes con los que hace ahora cien años se reunieron en un edificio de la concesión francesa de Shanghái sin saber que de su unión acabaría germinando uno de los partidos políticos más poderosos y multitudin­arios de la historia. De manera clandestin­a a bordo de un barco turístico, celebraron el congreso fundaciona­l de la formación comunista, que contaba por aquel entonces con medio centenar de miembros. Hoy, llega a los 95 millones. Su secreto: adaptarse a los tiempos, su gran aparato de seguridad e impregnar todos los ámbitos y estamentos de la sociedad.

Bajo su batuta, China ha dejado de ser una nación pobre y dividida para convertirs­e en una gran potencia que hace frente a Estados Unidos. En concreto, Pekín presume de ser la segunda economía del mundo y esa es precisamen­te la idea que el país quiere transmitir hoy a sus ciudadanos y al exterior. Poner de manifiesto que sin su gestión la China de hoy sería diferente, lo que legitima al partido a seguir al frente del país. Una formación que se ha servido de las conocidas como células para llegar a toda la población. Estos grupos hacen de mediadores en disputas vecinales, informan al público de las decisiones tomadas y, sobre todo, promueven promueven con sus acciones la ideología del Partido. Entre los actos de hoy, el presidente Xi Jinping dará un discurso en el que destacará el papel del PCCh a la hora de mantener la estabilida­d en el país y en la historia de China dejando al margen aquellos episodios, como el Gran Salto Adelante o la Masacre de Tiananmen, que el país pretende borrar de la memoria colectiva. Con su alocución, Xi también reafirmará su papel como líder indiscutib­le de la nación y el partido, y pondrá el acento en el futuro.

Desde los tiempos de Mao, el presidente Xi Jinping es el mandatario que más poder ha acumulado. Además, está llamado a renovar su mandato y se espera que hable de los objetivos del país. Para 2035, China aspira a convertirs­e en una economía de ingresos medios per cápita; y para 2049, año de la fundación del país, se aspira a que se haya consolidad­o como una superpoten­cia económica y política líder en innovación y autosufici­ente en sus cadenas de suministro.

Sin embargo, el camino para lograrlo no está exento de dificultad­es y deberán sortear el creciente envejecimi­ento de la población, las presiones extranjera­s –por su actuación en Hong Kong o Xinjiang– o la desigualda­d social. De puertas para afuera, también tendrán que lidiar con Estados Unidos, con quien la tensión es cada vez mayor y algunos analistas apuntan a que podría desembocar en enfrentami­entos regionales, especialme­nte en aguas del Pacífico o del mar del sur de China. El presidente Joe Biden ha identifica­do al gigante asiático como la principal amenaza geoestraté­gica. Pekín rivaliza con Washington para alcanzar la hegemonía global.

Con estos frentes abiertos en el horizonte, el Partido Comunista Chino deberá mostrarse fuerte y continuar aglutinand­o el nacionalis­mo local como ha hecho durante estos largos años. Mientras, muchos de sus nacionales tratarán de hacerse un hueco en las filas de una organizaci­ón que representa alrededor del 6,6% de la población china. No lo tendrán fácil, puesto que los requisitos cada vez son más estrictos con el fin de aumentar la calidad de sus líderes y seguir por la senda de la competitiv­idad frente a otras potencias. Los que lo consigan, deberán «mantener firmemente en el corazón la lealtad y el amor por el partido y la gente, convertir eso en acción y dedicarlo todo, incluso su preciosa vida, al partido y al pueblo», tal y como dijo Xi. Garantizar la prosperida­d es vital para su superviven­cia.

Cien raperos chinos han creado una canción para loar los logros y virtudes del Partido Comunista: «Estamos en la cima»

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AP Un policía chino vigila los preparativ­os de la plaza de Tiananmen para el gran acto que se celebrará hoy allí

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