«TAMBIÉN DIJO QUE NO HABRÍA INDULTOS. DENOS TIEMPO»
AlgunosAlgunos españoles, entre los que me encuentro, están experimentando una duda metódica con respecto a ERC, partido que usted representa en el Parlamento español, y el asunto de la independencia de Cataluña. Porque si ya era sospechoso que decidiera atornillarse al escaño en Madrid, en lugar de batirse el cobre en Barcelona, más extraño parece ver al presidente de la Generalitat, su compañero de filas Pere Aragonés, en una clásica escena del sofá de La Moncloa, pidiendo peras al olmo, y dispuesto a volver por el foro todas las veces que haga falta. En resumen, que la pregunta es si están ustedes de verdad por la independencia o sólo mareando la perdiz de un referéndum que, por más tiempo que pase, no deja de ser una quimera. Porque lo de la pasta, créame, ya está hecho y entra dentro de las reglas del juego parlamentario, cuando un partido necesita el apoyo de otro para sacar los Presupuestos. Y lo del nuevo estatuto de autonomía, pues eso, que no dejará de ser de autonomía. Con ello, intentamos explicar que no está usted legitimado para humillar al presidente del Gobierno, tildándole de trapisondista, porque todos recordamos cómo se proclamó la República catalana, la que no existía, imbécil, y aquello quedó en nada. Para desdecirse, con los hechos, que no con las bravatas, son ustedes un modelo de precisión. Es más, denos tiempo, y les veremos votando los próximos presupuestos generales del Gobierno con el entusiasmo del palafrenero, aunque eso sí, tras ingeniosas invectivas desde el escaño, con las que tratarán de disimular lo indisimulable: que, detrás del disfraz de suplicantes, son ustedes socios preferentes del Ejecutivo español, disciplinados pilares de la estabilidad gubernamental y corresponsables, por supuesto, de las políticas económicas, fiscales y sociales que van a asfixiar de mala manera a la clase media de este país. Eso es lo que cuenta. Y ni con todos los fondos europeos conseguirán tapar su derrota. Se lo explicaron ayer los chicos de las CUP, pero parece que no les escucha.