Moreno tenía grabaciones a políticos y policías a los que sobornaba
El productor tendría grabaciones de políticos y policías aceptando cohechos. Durante el registro de su mansión «olvidó» la clave de acceso al lugar donde las guardaba y los agentes tuvieron que reventar la puerta
do varias donaciones a la caja B del partido. Concretamente, dijo que constaban anotaciones entre 1999 y 2003 de unos 60.000 euros en varios pagos al PP. Así, las supuestas grabaciones que Moreno guardaba bajo llave no serían solo de las alocadas fiestas que organizaba en casa. En este sentido, ha trascendido que tenía instalado un completo sistema de videovigilancia y el productor podría guardar imágenes de algunos personajes famosos en situaciones comprometidas. En algunas ocasiones, sostienen las mismas fuentes, el empresario habría utilizado la existencia de esas imágenes para extorsionar al personaje en cuestión. No solo con nombres conocidos sino con jóvenes que empiezan en el mundo de la interpretación y quieren probar suerte en alguna de sus producciones.
Sea lo que fuere que contenían esas cintas y la utilización que les hubiera dado el empresario o el motivo por el que las guardaba, lo cierto es que, ante la presencia de los agentes en su casa no se mostró muy colaborador con la búsqueda de los investigadores. Sobre todo buscaban dinero (emplearon perros especializados en su detección) que pudiera probar los delitos que consideran que ha cometido el empresario pero no encontraron dobles fondos en paredes ni mucho dinero en efectivo en la caja fuerte.
«No recuerdo la clave»
Cuando los agentes llegaron a una supuesta habitación blindada –que incluso él había señalado a algunos invitados explicando que era un escondite por si le volvían a entrar a robar– Moreno aseguró que «no recordaba» la clave de acceso a la misma. Así, la Policía tuvo que pedir el apoyo del GOIT: Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas de la Policía Nacional. Ellos pican paredes, suelos y levantan baños enteros en busca de zulos, dobles fondos o lo que haga falta. En esta ocasión, sin embargo, no encontraron mucho dinero pero sí se fueron bien cargados con una ingente cantidad de material (documentos, pagarés y el volcado de los archivos de sus ordenadores y pen drives) que supondrán para los investigadores horas y horas de escuchas y análisis. Para Ismael Moreno, el juez de la Audiencia Nacional que instruye la «operación Titella» (marioneta, en catalán) Moreno era, junto con sus socios Antonio José Salazar y Antonio Aguilera, el cabecilla de una trama que se dedicaba a la estafa continuada y al blanqueo de capitales. Durante las escuchas al empresario comprobaron que daba pautas a una organización que habría estafado unos 50 millones de euros y que tenía «otra pata» dedicada al lavado de dinero procedente del narcotráfico. Ahora habrá que probar que Moreno conocía el origen ilícito de ese dinero que usaba a su entramado empresarial. También tienen en esos «pinchazos» que la mano derecha de Moreno tuvo conocimiento de que cogieron un coche con 1,3 millones de la droga y hablaron por teléfono de cómo hacer para que no volviera a ocurrir tamaño error.
Testaferros
El procedimiento comenzó en un juzgado de Madrid a raíz de la denuncia de un banco gallego tras el impago de unos préstamos. Uno de los modus operandi de la organización era solicitar créditos bancarios (incluso los préstamos ICO que el Gobierno facilitó para paliar la crisis derivada de la pandemia) e introducir el dinero en ese engranaje de empresas pantalla para sacarlo a paraísos fiscales. La empresa que había pedido el crédito «desaparecía» y el dinero quedaba sin devolver. De similar forma habría procedido a lo largo de los últimos años con algunas empresas pequeñas que contrataba para sus eventos. Uno de éstos, llamado «Campanilla», y celebrado hace varios años, obligó a unos transportistas gallegos a denunciarle. Les contrató Moreno pero la empresa con la que firmaron estaba a nombre de un testaferro. Cuando quisieron cobrar el servicio, el testaferro no tenía fondos y tuvieron que ir a juicio, que ganaron y les permitió recuperar parte del pufo. Un cobro de este tipo de deudas pero «a las bravas» se comentaba que fue lo que realmente ocurrió en el famoso asalto a su mansión en 2007. La Guardia Civil detuvo a una banda de albaneses liderada por Astrit Bushi pero fuentes próximas al caso aseguran que en realidad fueron a reclamarle uno de estos pagos con una violencia extrema. Las cámaras de seguridad, dijo Moreno, no estaban funcionando porque «aún no era de noche».