La Policía no ve homofobia tras la paliza que costó la vida a Samuel
Los investigadores esperan detener a los autores durante esta semana
El Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial de A Coruña investiga sin descanso el crimen de Samuel Luiz, el joven de 24 años que murió tras haber sido víctima de una paliza en plena calle durante la madrugada del sábado en A Coruña. A pesar de que las ministras del Gobierno Yolanda Díaz e Irene Montero publicaran este fin de semana sendos mensajes en redes sociales lamentando el crimen «homófobo», los investigadores todavía albergan serias dudas de que los autores del crimen puedan ser acusados de un delito de odio, al menos, con los datos que tienen hasta el momento.
La investigación ha podido desarrollarse con mayor agilidad gracias a las cámaras de videovigilancia instaladas en varios puntos de la zona del paseo marítimo de la ciudad, frente a la playa de Riazor. Al parecer, Samuel y su amiga Lina salían de uno de los bares de la zona a eso de las 3:00 horas de la madrugada cuando la chica comenzó a realizar una videollamada a otra amiga, Vanessa. Mientras sujetaba el teléfono móvil, un grupo de jóvenes que se encontraba frente a ellos comenzó a increparles creyendo, según explican testigos presenciales, que les estaban grabando a ellos. Los jóvenes se acercaron a Samuel y Lina con actitud hostil y les dijeron que dejara de grabar o, de lo contrario, les «mataría». Tanto Samuel como Lina, según explica su amiga, quisieron explicarles que nadie les estaba grabando sino que estaban haciendo una videollamada.
«Maricón»
Incluso Vanessa, al otro lado de la línea telefónica, escuchó los insultos y vio pasar a una chico y una chica. «Que dejes de grabar, maricón», dijeron refiriéndose a Samuel, a lo que él contestó: «Maricón de qué». En esos momentos comenzaron a lloverle puñetazos y patadas que lo tiraron al suelo. Su amiga se puso nerviosa y comenzó a correr pidiendo ayuda. Para cuando quiso volver vio cómo un grupo de jóvenes se acercaron a los primeros agresores para continuar dando patadas a su amigo, que ya estaba inconsciente en el suelo. Cuando los técnicos de Emergencias llegaron al lugar, ya no pudieron hacer nada por salvar la vida del joven, que también se dedicaba al ámbito sanitario ya que era auxiliar de enfermería en la residencia de ancianos Padre Rubinos. Rubinos. Tras autorizar el juez el levantamiento del cadáver, el cuerpo de chico fue trasladado hasta el Instituto de Medicina Legal de Galicia, donde se le practicó la autopsia que determinará las circunstancias de la muerte.
Mientras, los investigadores de Homicidios comenzaron a recabar datos y lograron obtener imágenes captadas por cámaras de seguridad de la zona. Los presuntos autores, además, acababan de dar sus datos a la entrada de una discoteca por protocolo Covid, por lo que ayudó a identificar al grupo agresor, así como otros testimonios recabados en la zona y a través de redes sociales. La Policía ataba ayer los últimos flecos antes de proceder a la detención de los autores (entre cinco y 12, según fuentes polciiales) pero tendrán que determinar bien quién es autor, quién cooperador necesario, coautor o lo que se desprenda del análisis de las imágenes. Según los datos recabados hasta ahora por los agentes, que también tomaron declaración a las amigas de la víctima, aún no tienen nada que les haga pensar que se trata de un delito de odio por homofobia ya que, según se desprende de la investigación hasta el momento el detonante no sería por este motivo sino por ese supuesto malentendido a causa de la videollamada. Será complicado, sostienen fuentes de la investigación, acreditar que los autores conocían la orientación sexual de Samuel y que esos gritos de «maricón» no se debieron solo a unos insultos en el fragor de una pelea de tal magnitud.
Mientras, el padre del chico, de origen brasileño, pedía ayer que en las concentraciones convocadas en memoria de Samuel, no se enarbolara ninguna bandera ni el crimen de su hijo fuera utilizado políticamente.