UNA CRIPTA HECHA DE ESCOMBROS
LaLa tenacidad de los bomberos que están tratando de rescatar los restos de las 121 personas aún desaparecidas –ya se han recuperado 24 cadáveres–, tras desplomarse, el pasado 21 de junio, el edificio de 12 plantas, Champlain Towers South, en Surfside, Miami-Dade, se ha tenido que enfrentar a un nuevo reto, en este caso en forma de tormenta tropical, Elsa, que amenaza con azotar las costas del sur de Florida y con sus fuertes vientos poner en peligro los trabajos de rescate. Ante esta situación, según informó la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, equipos de demolición controlada, colocaron pequeñas cargas explosivas para hacer caer la mitad del edificio que aún permanecía en pie, eso sí, tras verificar que no quedaban mascotas entre los apartamentos desalojados y habiendo cubierto con lonas los escombros del primer derrumbe. Así, como recoge la imagen, a las 22:30 hora local, los explosivos detonaron con quirúrgica precisión echando abajo la parte de la estructura que quedaba orgullosamente en pie. Tanta precisión que los vecinos de los edificios colindantes no tuvieron que ser desalojados. Ahora, queda seguir desmontando, escombro a escombro, la cripta en la que se ha convertido lo que hace 40 años nació como un flamante bloque de apartamentos en la siempre cálida Florida, pero que, a tenor de lo que apuntan las primeras investigaciones, informes de 2018 y especulaciones, lo hizo herido estructuralmente de muerte. Queda, como en tantas ocasiones, abundante trabajo para funcionarios municipales, ingenieros y abogados que quizá respondan a sí se podía haber evitado.