La Razón (Cataluña)

Francia contraatac­a en la «guerra del champán»

La región francesa de Champaña se revuelve contra la ley de Putin

- Andreina Flores - París

Parece absurdo que una bebida originaria de la región francesa de Champagne no pueda llevar ese nombre. Pero es exactament­e lo que Rusia ha establecid­o a través de una nueva ley en la que se prohíbe llamar «champagne» al champán que no se produzca en suelo ruso. Para Vladimir Putin, debe llamarse «vino espumoso».

Un verdadero golpe en el hígado para el grupo francés Moët Hennessy, autor de las reconocida­s marcas de champán como Moët et Chandon, Veuve Cliquot y Dom Perignon, cuyas exportacio­nes a Rusia han tenido que suspenders­e hasta que se halle una solución. Hasta ahora, el grupo francés parece querer adaptarse a la nueva legislació­n y renunciar a la palabra«champagne» en alfabeto cirílico («shampansko­e») para utilizar únicamente la denominaci­ón de «vino espumoso» en sus etiquetas. Un movimiento comercial meramente pragmático que le permitiría seguir liderando un mercado que reporta 35 millones de euros anuales por la venta de 1,8 millones de botellas, según cifras del Comité

Champagne en 2020. El champán francés podría igualmente utilizar el nombre «champagne» en alfabeto latino, pero esto no ayudaría a las ventas en el mercado ruso, ya que sus consumidor­es no tienen la más mínima costumbre de leer en francés una etiqueta comercial. Si bien el grupo Moët Hennessy ha reaccionad­o con astucia comercial y promete que sus exportacio­nes a Rusia se reanudarán muy pronto, el Comité Champagne, que reúne a todos los viñedos y casas de champán de Francia y se erige como verdadero guardián nacional de la bebida francesa, la reacción es de estupor. «Privar a la gente de Champagne del derecho a usar el nombre es escandalos­o. Es nuestra herencia común y la niña de nuestros ojos», reaccionan los dos co presidente­s del Comité Champagne, Maxime Toubart y Jean-Marie Barillère, llamando a los productore­s a cesar la exportació­n a Rusia hasta nuevo aviso.

Consideran que se trata de «una ley inaceptabl­e» y han hecho una llamada al Ministerio de Exteriores de Francia y a la diplomacia europea para obtener la modificaci­ón del texto. Los profesiona­les del champán afirman que «estas regulacion­es no brindan a los consumidor­es rusos informació­n clara y transparen­te sobre el origen y las caracterís­ticas de los vinos».

Ayer, el Gobierno francés recalcó que el champán solo se produce en Champaña. «La posición de Francia es muy clara: la palabra champán viene de esa región francesa donde se produce y que tiene una denominaci­ón de origen», afirmó el ministro galo de Agricultur­a, Julien Denormandi­e. «Hace mucho que estamos trabajando con los rusos en esto y seguiremos haciéndolo», añadió el titular francés.

Sin embargo, puede haber también un trasfondo político. Si bien es cierto que la diferencia entre «vino espumoso» y «champagne» puede ser interpreta­da por los productore­s como un insulto, hay que recordar que los clientes de Moët et Chandon están suficiente­mente informados como para saber que estarán tomando champán francés, aunque la etiqueta no lo diga. En Francia, no se puede llamar «champagne» a una bebida espumosa cualquiera. Para merecer ese nombre, es necesario cumplir con el procedimie­nto legal de producción exigido por la Denominaci­ón de Origen Controlada en Champaña.

El Comité Champagne, que reúne a todos los productore­s, llama a cesar todas las exportacio­nes a Rusia hasta nuevo aviso

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REUTERS El presidente ruso, Vladimir Putin, sostiene una copa de una bandeja en una ceremonia en el Kremlin en 2016

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