La Razón (Cataluña)

Alerta ante el aumento de los contagios entre vacunados

Israel rebaja la eficacia de Pfizer a un 64% frente a Delta

- E. Genillo - Madrid

Profesora. 34 años. Sin patologías previas. Primera dosis de AstraZenec­a el 18 de marzo. La segunda, el 10 de junio. Positivo en Covid el 5 de julio.

Teresa G. empezó con síntomas dos días antes, el domingo 4, pero no los achacó a una infección de coronaviru­s. «Era consciente de que la vacuna no te libra del contagio, pero pensaba que ocurría en casos excepciona­les. Lo que no imaginaba era que iba a enfermar», cuenta a LA RAZÓN.

Teresa se fue de vacaciones con su marido y sus tres hijos a un hotel todo incluido de Valencia. Salieron el viernes a primera hora «con toda la ilusión para comenzar unos días de merecido descanso con la falsa sensación de seguridad que te da la vacuna, pues tanto yo como mi marido estamos completame­nte inmunizado­s». Pero esa misma noche, empezó a encontrars­e mal. «Me desperté de madrugada con escalofrío­s y el cuerpo cortado. No le di más importanci­a, cerré la ventana y volví a la cama», relata.

Durante el día siguiente «la sensación de cansancio se incrementó y al llegar de la playa comencé con tos, se me vino a la cabeza la posibilida­d de que fuera covid pero lo creía del todo imposible. Después de terminar las clases en el colegio ya no me relacioné con nadie precisamen­te para tener unas vacaciones tranquilas». El domingo, como los síntomas era cada vez más evidentes (además de tos y cansancio, fiebre y dolor de cabeza), «llamé al teléfono de informació­n del Covid y me citaron para hacerme un test de antígenos». «Di positivo y todavía sigo sin saber cuál es el foco. Tuve que volverme a casa con toda la familia para hacer cuarentena. Hemos perdido todo el dinero y nos hemos quedado sin vacaciones. Estoy como si me hubiera pasado un camión, pero la sensación de culpa por haber estropeado las vacaciones a los niños me pesa todavía más», cuenta Teresa.

Casos como el de esta docente demuestra que las vacunas no eximen del contagio ni tampoco de cursar la enfermedad. De hecho, Fernando Simón lanzó el lunes un mensaje de alerta ante el incremento de infeccione­s entre vacunados, a la par que pidió «responsabi­lidad a los jóvenes que todavía no han recibido ni una dosis: «Cuanto mayor sea la transmisió­n entre los no vacunados, mayor será la probabilid­ad de que se vea afectada una persona vacunada pero no inmunizada. Hay que tener en cuenta que un 10 % de la población con pauta completa no genera anticuerpo­s, por lo que están expuestos ante una infección con síntomas y cuadros médicos más graves. Si aumenta el virus puede acabar afectando a gente que piensa que está protegida», señaló Fernando Simón.

Además, hay que tener en cuenta que las vacunas tienen un mayor escape inmunitari­o ante la variante Delta, que ya ocupa el 20% en algunas comunidade­s. Según un estudio publicado por el Gobierno de Israel, la eficacia de Pfizer se reduciría a un 64%. La de AstraZenec­a quedaría en un 60% según el Public Health England. Por eso, el virólogo Adolfo García Sastre urge a incrementa­r el ritmo de vacunación para proteger a los que escapen de la acción de las vacunas y también para ver qué porcentaje queda sin protección y estudiar la administra­ción de una tercera dosis en un futuro.

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REUTERS Sanitarios ponen vacunas en Sant Vicenc de Casteller, municipio de Barcelona

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