La Razón (Cataluña)

El factor Dani Olmo

Su titularida­d como falso nueve sorprendió a la defensa italiana, que no supo cómo detenerle. Dio el pase a Morata

- José Aguado

Decía Luis Enrique que él no se fija en los contrarios para preparar los partidos, pero sería absurdo creer al selecciona­dor, porque el fútbol es un deporte de enfrentami­ento, en el que importa tanto tu equipo como el rival. Por eso, cuando se dio la alineación oficial de España a todo el mundo le sorprendió lo mismo: que no estaba Morata. El técnico español cambiaba el equipo porque quería sacar de sitio a los centrales italianos y ganar la batalla en el centro del campo. De la sorpresa inicial por la suplencia del delantero del que más se hablado durante toda la competició­n se pasó a la expectació­n por cómo se iba a desarrolla­r el choque pensado por Luis Enrique y el último estado fue el de la confirmaci­ón:

Dani Olmo fue el jugador más decisivo de España en el primer tiempo, cuando controló el partido e hizo pequeña a la Italia de Mancini y después acompañó a Morata para darle el pase del tanto del empate. Su figura causó un desequilib­rio permanente en la retaguardi­a de los italianos.

El delantero parecía fijo, o eso había anunciado Luis Enrique en los partidos anteriores, en parte para darle confianza y en parte porque se fía de un futbolista que despierta sospechas en muchos sectores. El delantero no podía aguantarse en el banquillo, más nervioso que en el campo, como si estuviera atado. Su actividad junto a sus compañeros suplentes fue frenética. Se esperaba mucho de su pelea con Chiellini y Bonucci, los dos veteranísi­mos centrales italianos, pero tuvo que esperar sesenta minutos. Eso sí, cuando salió, demostró que les tenía tomada la medida.

Hasta que salio Morata le costó más a España y a Dani Olmo cerca del área, mientras que controlaba el partido en el centro del campo. Hasta ahí bajaba el jugador del Leipzig de la Bundesliga y hacía jugar a España. Recibía de espaldas para hacer jugar a los que venían de frente o de un taconazo, siempre jugando al primer toque, rompía líneas para cambiar de velocidad y llegar al área.

Fue el propio Dani Olmo el que tuvo la mejor ocasión en la primera mitad, en un remate doble. El primero se quedó entre las piernas del rival, el segundo lo detuvo Donnarumma en una rápida estirada para abortar la mejor ocasión de la selección.

Se tomó un descansill­o para tomar aire o es que estaba más vigilado tras el descanso, pero en cuanto recuperó el oxígeno, volvió a ser decisivo. Desahogó a la selección cuando tenía más problemas para sacar la pelota por la presión rival y fue cambiándos­e de sitio según los cambios: Morata tomó el centro de la delantera y Dani Olmo se fue un poco más atrás y a la banda. Desde ahí también hizo daño.

Fue el encargado de sacar todas las jugadas a balón parado y no mostró ningún complejo para enfrentars­e a Jorginho al final de los noventa minutos. Dani Olmo, desconocid­o para muchos aficionado­s españoles hasta pocos días antes del arranque del campeonato, se presentó ayer definitiva­mente.

Lanzó el primer penalti en la tanda, tras un partido agotador, pero se le fue alto

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Dani Olmo fue una pesadilla para la defensa italiana durante toda la semifinal

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