La Razón (Cataluña)

De los «barones» a las «baronesas»

El presidente apuesta por un cambio generacion­al para 2023

- Susana Campo -Madrid

Hay un dicho muy español que dice: «no dar puntada sin hilo» y que, sin duda alguna, puede aplicarse a los movimiento­s ministeria­les que el sábado anunció el presidente del gobierno, Pedro Sánchez. Asumido el shock inicial que supone ejecutar una crisis de gobierno el segundo sábado de julio, en medio de una ola de calor, y tras negar por activa y pasiva que no era la prioridad, las horas posteriore­s al anuncio permiten digerir y analizar la jugada. El diagnóstic­o es cristalino: el presidente se rearma para las próximas citas autonómica­s.

La jugada no es baladí. Asegurados los apoyos parlamenta­rios hasta el fin de la legislatur­a –gracias a distintas y polémicas prebendas a los nacionalis­tas vascos y catalanes– toca mirar al futuro. No tan lejos como aquel 2050 que Sánchez dibujó en mayo cuando presentó su estrategia a largo plazo para nuestro país. El horizonte se sitúa en mayo de 2023 cuando se celebrarán las próximas elecciones municipale­s.

La recuperaci­ón económica y gestionar los fondos económicos que llegarán en las próximas semanas–una vez superado el azote inicial de la pandemia– es el objetivo. Es lo que explica el ascenso de Nadia Calviño que asume la vicepresid­encia primera; la continuida­d y ascenso de Teresa Ribera que se convierte en vicepresid­enta tercera y continúa como ministra de Transición Ecológica y Cambio Climático y la menor exposición mediática de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que abandona la portavocía y asume también las competenci­as de Función Pública. Con un sólido tridente económico, la remodelaci­ón ministeria­l ha tenido un segundo objetivo: pensar en las próximas citas electorale­s municipale­s y autonómica­s.

Superadas las primarias andaluzas que se saldaron la victoria del candidato sanchistas, Juan Espada, el presidente Sánchez ha puesto ha elegido como ministras a tres mujeres curtidas en la política territoria­l, jóvenes y con potencial, con el objetivo, al menos eso parece, de llevar a cabo un relevo generacion­al.

Sánchez no quiere más problemas con sus barones autonómico, críticos con algunas decisiones como los indultos o el blanqueami­ento de Bildu. De ahí, los fichajes de Pilar Alegría, delegada del gobierno de Aragón; de Diana Morant, alcadesa de Gandía; y de Isabel Rodríguez, alcaldesa de Puertollan­o. Este movimiento pone en alerta a Javier Lambán, Ximo Puig y Emiliano García-Page, consciente­s de que en Moncloa y en Ferraz ya se preparan las mujeres que les sustituirá­n en el momento oportuno.

No hay fecha por el momento y la relación entre los barones y las nuevas baronesas es, por el momento, buena. Ayer el aragonés le deseo «mucho éxito y suerte a la que será la nueva ministra de Educación. Por su parte Puig deseó «suerte» al nuevo gabinete, en especial a la nueva ministra de Ciencia. También Page elogió a la que será la nueva cara visible del gobierno y aseguró que «lo hará muy bien».

La ofensiva está en marcha. Su aterrizaje en el Consejo de Ministros ayudará a poner en marcha un nuevo marco, alejado de las últimas polémicas que acosaban al Ejecutivo como el escándalo de Plus Ultra, las disputas en torno al feminismo con Unidas Podemos, y sobre todo, alejará el foco de la tensión con Cataluña, que se ha avivado en las últimas semanas a raíz de los indultos.

Son caras nuevas, frescas y con sólida gestión en el municipali­smo y la administra­ción pública. Además, también, suponen un revulsivo frente a los miembro minoritari­os de la coalición –hasta ahora los miembros de la cuota de Unidas Podemos era más jóvenes que la del PSOE– dado que pertenecen a la misma generación, pero con distintas ideas. En definitiva, toda una declaració­n de intencione­s.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain