Una pesadilla llamada Lorca
Autora: Lola Blasco a partir de «Yerma», de Lorca. Directora: Pepa Gamboa. Intérpretes: María León, Jorge Monje, Lucía Espín... Teatros del Canal, Madrid. Hasta el 18 de julio.
Como no quería caldo la semana pasada, cuando me quejaba en esta sección del permanente bombardeo que hay en la cartelera con Lorca, pues ya tengo aquí una segunda taza. Sí, ¡otra vez Lorca! La obra en cuestión se llama «La pasión de Yerma» y está escrita en realidad, o reescrita, por Lola Blasco, pero tanto da; el caso es sacar a colación de algún modo al granadino. Lo que me resulta más curioso –y sé que más de uno se llevará las manos a la cabeza por esto– es que se elija a un autor que, en verdad, no soporta nada bien ese permanente intento de contemporaneizar sus obras. Nos pongamos como nos pongamos, ni las tramas de Lorca son transferibles a cualquier entorno social y humano, ni sus personajes son de una riqueza tan apabullante como para permitir seguir encontrando
Lo mejor
La divertida composición que hace Mari Paz Sayago del personaje de Dolores
Lo peor
La escena de María León rompiendo las sábanas es casi ridícula
en ellos nuevos rincones por iluminar. Es más, en el caso concreto de «Yerma», el tratamiento de la maternidad que hace el escritor puede ser cualquier cosa menos moderno. Y así ocurre lo que ocurre cada vez que vemos montajes como este, con ese afán por ofrecer una pretendida, y a la postre inane, «visión contemporánea»: que todo está forzado, que no se sabe por qué Yerma va en camisón y descalza a todas partes mientras los demás la acompañan vestidos como leñadores canadienses, que tampoco se entiende qué hace Víctor en ese constreñido entorno rural con las uñas pintadas, por mucho que se apunte una relación homosexual con Juan; y que a uno, en definitiva, le resultan cansinas y simples las conductas y las motivaciones de todos los que por allí pululan.