Aumenta el consumo de fármacos peligrosos para la conducción
Los medicamentos no son un enemigo para la seguridad vial siempre que se consuman de forma responsable. Para ello, han de cumplirse tres condiciones: que haya prescripción médica, que responda a una finalidad terapéutica y que su consumo no afecte a la conducción. Algo que no siempre ocurre, ya que la presencia de psicofármacos en los accidentes de tráfico más graves empieza a ser preocupante. De hecho, en los últimos tres años, el número de conductores fallecidos que dieron positivo en estas sustancias aumentó un 40%.
En la última década, el consumo de este tipo de medicinas estuvo presente en casi 50.000 accidentes con víctimas y según una estimación realizada a partir de los datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, unos 1.300 conductores fallecidos en siniestros habrían dado positivo en psicofármacos. De hecho, solo en el último año disponible, el 12% de los automovilistas que murieron en accidente de tráfico dio pode sitivo en estos medicamentos, una realidad que puede agravarse aún más, ya que el 11% de los españoles reconoce consumir más medicinas peligrosas para la conducción a raíz de la pandemia.
Estas son las algunas de las conclusiones del estudio «Medicación y conducción: un cocktail mortal. Consumo de medicamentos entre los conductores españoles (20102019)», realizado por la Fundación Línea Directa en colaboración con Festival (Fundación Española para la Seguridad Vial) que analiza cómo ha afectado el consumo psicofármacos a la seguridad vial en la última década.
Proporcionalmente, la situación de los peatones es aún peor que la de los conductores: uno de cada cinco viandantes fallecidos en accidente de tráfico durante la última década se encontraban bajo los efectos de los psicofármacos. En este sentido, casi 400 peatones que resultaron fallecidos como consecuencia de un accidente de tráfico habían consumido este tipo de medicamentos.
Según el estudio, se percibe un gran desconocimiento sobre los efectos que los fármacos pueden producir en la conducción. De hecho, casi la mitad de los automovilistas españoles (46%) ignora el significado del pictograma que advierte de ello.