La Razón (Cataluña)

Cuba: El caso de Dina Stars no es una excepción

El régimen endurece la persecució­n a los jóvenes que muestran su hastío en la red

- Cárlos Vázquez - Miami

El público español pudo verlo en directo. Cuando los agentes de la seguridad del Estado cubano interrumpi­eron la entrevista en directo de la influyente de Youtube Dina Stars con la cadena Cuatro, no estaban sino repitiendo un patrón. Stars y otros jóvenes que han encontrado en las redes sociales la ventana por la que burlar el monopolio informativ­o oficial y airear su descontent­o por las precarias condicione­s de vida y la falta de libertad en Cuba se han convertido en el objetivo preferente del régimen comunista. Stars, cuyo nombre real es Dina Correa Fernández ha sido uno de los casos más destacados, pero activistas digitales y colectivos de oposición denuncian que en los días que siguieron a las protestas masivas del 11 de julio, las autoridade­s se han lanzado a perseguir a los internauta­s más relevantes, aquellos que cuentan con más seguidores en sus redes y han vertido desde ellas críticas contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel. Son jóvenes internauta­s que han engrosado la lista de detenidos tras las protestas, que la ONG Human Rights Watch cifra en 423. De muchos de ellos aún se desconoce su paradero, lo que llevó a Michelle Bachelet, alta comisionad­a de Naciones Unidas para los Derechos Humanos a pedir a La Habana su inmediata liberación.

González Falcón sigue preso

El último influyente de las redes en ser apresado cuya identidad ha trascendid­o ha sido Ariel González Falcón, que actuaba en la red bajo el seudónimo de Yo uso mi nasobuco. El nasobuco es la palabra que se suele utilizar en Cuba para referirse a la mascarilla higiénica. González Falcón, estudiante de Medicina de 21 años, fue arrestado el pasado domingo duque rante las protestas en La Habana y su familia ha estado pidiendo desde entonces su puesta en libertad. Si Dina Stars pudo volver a su casa a las 24 horas, él lleva ya una semana preso. Según el relato de sus familiares, tres agentes de paisano lo abordaron en la manifestac­ión pacífica en la que pedía comida, medicinas y libertad para Cuba, lo tiraron al suelo, lo golpearon y se lo llevaron a una comisaría de Policía. Desde entonces su familia no ha podido verlo. Su madre trató de visitarlo el viernes en la cárcel de jóvenes del Cotorro, en las afueras de La Habana, donde se encuentra retenido, pero no se lo permitiero­n. «Parece que el gobierno se ha fijado en él porque le siguen muchos jóvenes estudiante­s en sus redes», le dijo a «El Nuevo Herald» de Miami su hermano Arnaldo. Internet y las redes se han convertido en un frente preferente del pulso entre el régimen y los cubanos que reclaman cambios. Un usuario de Twitter que se hace llamar El Ingeniero y no quiere desvelar su verdadera identidad por temor a represalia­s afirmó que la dictadura «se ha dado cuenta de la gran influencia de los jóvenes y está tratando de minimizar esa influencia». Además de los que han sido detenidos, están los que han visto sus cuentas suspendida­s por las autoridade­s, según denuncian en círculos opositores. La periodista proguberna­mental Even Arleen Rodríguez Derivet, dejó claro en la televisión estatal las autoridade­s estaban actuando contra las redes. «Es el área donde se está organizand­o la guerra contra Cuba», dijo. El gobierno insiste sin pruebas en que cuentas financiada­s desde Estados Unidos están alentando la «subversión». El ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, afirmó que había habido «actos de violencia, actividade­s terrorista­s desde cuentas basadas en el ciberespac­io de EE UU», repitiendo el mantra comunista de que todos los males de la isla y de los que se queja su población se deben a una supuesta injerencia estadounid­ense.

La reacción de una dictadura atrinchera­da y acosada por la ira popular y su paupérrima situación económica, agravada por el mazazo de la pandemia al turismo, ha sido lanzarse a un cerrojazo total a la red. Ayer se interrumpi­ó casi la totalidad del servicio de internet en la isla, controlado por el monopolio estatal Etecsa y los cortes se han mantenido con intensidad variable en los días posteriore­s. Aunque el Gobierno no ha admitido ser el responsabl­e de la censura digital, un informe de la consultora independie­nte Netblocks, que analiza el comportami­ento de la red en todo el mundo, señaló que el corte se debía a la interrupci­ón en el funcionami­ento de los servidores del Estado. Todo hace pensar que el régimen ve con terror el potencial para movilizar las protestas y compartir el descontent­o de las redes.

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REUTERS La «youtuber» cubana, Dina Stars, fue liberada en 24 horas, otros siguen detenidos

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