MILITAR HERMANADO CON ESPAÑA
SorprendeSorprende que un militar español dedique un emocionado recuerdo a otro canadiense. Pero me comprenderán los cerca de 400 oficiales de los Ejércitos de Tierra y Aire, de la Armada, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, funcionarios civiles al servicio de NN.UU, y políticos que le conocimos en Centroamérica.
Piloto de caza con los F-5 de su Fuerza Aérea recaló posteriormente en unidades de helicópteros que apoyaban el despliegue de las diversas misiones de Naciones Unidas en Centroamérica. Llevó a Jefes de los grupos revolucionarios a mesas de diálogo, aseguró la logística del despliegue de Observadores, facilitó períodos electorales y realizó evacuaciones sanitarias urgentes. A esta eficacia, se unió siempre la disponibilidad, la seguridad, el buen trato, el apoyo del jefe de la unidad.
Eran tiempos además en que la fluidez del inglés no adornaba las características de nuestros buenos oficiales. Y Hank nos lo hacía fácil. Supimos con el tiempo el porqué de su buen castellano. Sus antepasados no demasiado alejados trajeron a Barcelona los primeros tranvías y dos de ellos fueron jugadores del Barça.
Pude recibirle en Barcelona allá por el 2000. Recuperó estas historias familiares. Vio como aquel Barça nos donaba material deportivo para mandar a jóvenes que vivían otra guerra en Bosnia. Nos llamábamos «hermanos». Lo éramos coincidiendo en tantas cosas. Especialmente por utilizar las armas en beneficio de una paz que quería unir a pueblos y naciones. ¡Feliz vuelo, hermano Hank Morris!